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Actualizado: 16 de julio de 2025
No, la federación no puede, no es, no debe ser un contrato civil, susceptible de liquidarse, como una sociedad comercial; no es un tratado para cuya cesación basta la denuncia de una de las altas partes contratantes, como en las prácticas internacionales: es un hecho, un hecho único y solemne, emanado, no ya de la voluntad de dos o tres agrupaciones, sino de la del único soberano: el pueblo...
Contó callandito el aficionado a vírgenes las que alcanzaba a ver, y preguntole en seguida al artista cuánto valía el cuadro conforme al contrato. Respondiole aquel, que claro estaba: que once mil ducados. ¿Cómo puede ser eso? le repuso el que había de pagar, si aquí no cuento yo arriba de cien cabezas.
Nepo, con redomada astucia, con intención felina, le iba explicando todos los asuntos correspondientes a los bienes de Cabruñana, con los términos del más riguroso tecnicismo del derecho consuetudinario. Bonis no tenía noción clara del contrato de arrendamiento.
Seis semanas antes, este Garneville se había instalado en una gran casa toda recién amueblada, que no tenía más defecto que ser de una magnificencia demasiado violenta. Madama Norton firmó un contrato de alquiler, cien mil francos al año, con opción a comprar la casa y el mueblaje por dos millones en el primer año.
El pobre empleado creía de buena fe que la marquesa era capaz de arrepentirse de su resolución, y consideraba necesario aprovechar este momento favorable. Elena fué haciendo preguntas, cada una de las cuales vino á ser como un artículo del contrato verbal que establecía con él, antes de seguirlo.
En lo relativo a interés, lo mismo le daba dos, que cuatro, que seis. «Esto es material, hija, y mientras más provecho para usted, mayor será mi satisfacción». Dudó Rosalía un ratito; pero al fin todo fue arreglado a gusto de entrambas, y aquella misma tarde se extendió y firmó el contrato en la Furriela, con todas las precauciones necesarias para que Isabelita, que andaba husmeando por allí, no se enterase de nada.
El señor Laubepin ha sido llamado de París; se le espera mañana y el contrato será firmado al día siguiente bajo su dirección. Esta noche he podido estar de pie algunas horas; pero si he de creer al señor Desmarest, he hecho muy mal en escribir con mi fiebre, y soy un solemne bestia. 3 de octubre.
Su empleado, un joven moreno, pobremente vestido, tenía por el contrario el semblante apático; adelantándose como aburrido, puso el libro sobre la mesa dispuesta en mitad de la sala y buscó, sin apuro, el folio en que debía formularse el contrato matrimonial. Una sirvienta corrió a llamar a los novios. Raquel se cubrió la cara con las manos y comenzó a sollozar.
El formulario natural empleado en este contrato es exactamente igual al de cualquier carta de aprendizaje celebrada entre pintores, escultores, plateros ú otro oficio, por tanto, no cabe duda, que entonces se consideraba como verdadera profesión la de los ciegos rezadores.
Todas las heredades de mi padre político son de mis cuñados y cuñadas; si ellos no lo aseguran en el contrato, ¿cómo presentar así un joven sin carrera y sin fortuna a una familia más rica que nosotros? El amor lo compensa e iguala todo para los jóvenes, pero ellos no son los que cierran los contratos. Estoy tan preocupada que no puedo conciliar el sueño. 9 de noviembre de 1819.
Palabra del Dia
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