Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de junio de 2025
Sólo recuerdo que tenía por armas una cabeza de grifo sobre franja azul. En parecida ocasión recibí en el hombro una estocada de León de Montcourt, con quien tuve la honra de cruzar la espada en el camino de Burdeos. Fué aquella nuestra única entrevista y conservo de ella el más grato recuerdo, porgue mi enemigo se condujo como cumplido caballero.
La entereza pasmosa con que sufrió el rey sus males y la nunca turbada y serena majestad que conservó en medio de ellos, exceden a la capacidad de la más acendrada virtud estoica. El mismo Job queda eclipsado por el rey Don Felipe. Jamás hubo de exclamar éste, como el piadoso varón de Hus: perezca el día en que nací y la noche en que se dijo: concebido ha sido un hombre.
Doña Luz sacó de su propio seno el medallón de que hablaba. Desde entonces llevo el medallón en mi seno, como memoria de mi padre. Los dos criados antiguos que conservo son listos ambos; pero ambos entraron en casa con mucha posterioridad a mi nacimiento, y de fijo no saben nada. Juana vino a servirme cuando tenía yo diez años. Tres años después entró Tomás de ayuda de cámara de mi padre.
Llegó, al fin, y por sus pasos contados, la tan esperada noche de mi exhibición solemne. No conservo en la memoria los detalles minuciosos de aquel acontecimiento, tan señalado en la vida de las mujeres de mi alcurnia y de mis hábitos, porque, como todas las realidades muy soñadas, ésta no me pareció de la magnitud en que me la habían forjado las quimeras de la imaginación.
Germana recordó a sus padres el capítulo de Pablo y Virginia en que ésta gasta el dinero de su tía en pequeños regalos para su familia y sus amigos: ¿Qué haremos de todo esto, dijo, nosotros que ya no tenemos amigos ni familia? ¡Qué lástima!» El duque abrió los cajones con noble desdén, como hombre a quien todos los esplendores han sido familiares; pero no conservó su indiferencia a la vista del oro.
Mi madre tenía un hermano, y si aquélla era buena, éste era malo y muy cruel por añadidura. No puedo recordar a sin espanto, y por algunos incidentes sueltos que conservo en la memoria, colijo que aquel hombre debió de haber cometido un crimen en la época a que me refiero.
El Conde levantó los ojos, y en el palco segundo de frente a la escena... en aquel palco, que era el suyo en otro tiempo, vio... ¡Ah! no se muere de placer ni de sorpresa, puesto que Arturo vive todavía... puesto que tuvo fuerzas y conservó bastante razón para exclamar: ¡Es ella! ¡Es Judit!... Pero al mismo tiempo permaneció inmóvil... sin atreverse a respirar... pues temía despertar de un sueño.
Pero quiero poner punto en esta parte de mi historia, pues hoy recuerdo con vergüenza tan grande envilecimiento, y doy gracias a Dios de que me librara pronto de él llevándome por más noble camino. Entre las impresiones que conservo, está muy fijo en mi memoria el placer entusiasta que me causaba la vista de los barcos de guerra, cuando se fondeaban frente a Cádiz o en San Fernando.
Si Dios tiene decidido llamar a su lado a mi pobre Germana, yo bendeciré llorando su mano rigurosa y esperaré a tu lado el instante en que debamos reunirnos. Pero yo quiero que la memoria de mi ángel amado sea tan pura como su vida. Desde hace más de veinte años conservo un ramo de flores de azahar, marchito lo mismo que mi felicidad y mi juventud: cuando ella muera quiero ponerlo sobre su ataúd.
Testigos fueron las letras del Banco de la Provincia, que conservó mucho tiempo como recuerdo de su primer cliente, que era nada menos que el ladrón más sagaz y más fino que ha producido Buenos Aires. Su nombre es conocido: El Cuervito. Los lunfardos que cuentan el cuento, dan a cada uno de sus robos un nombre distinto y apropiado a los medios que usan para efectuarlo.
Palabra del Dia
Otros Mirando