Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 19 de junio de 2025


El corazón no puede engañarme, el corazón me dice que cuando yo me presente a ella, cuando me vea... No, no quiero pleitos; quiero entrar en mi nueva, en mi verdadera familia con paz, no con guerra, recibiendo un beso de mi abuela y sintiendo que la cara se me moja con sus lágrimas. ¡Es tan buena mi abuelita!... Y aquel Alonso cojo, ¡qué fiel y honrado parece!... Siempre, siempre seguirá en la casa, con su pata de palo, que va tocando marcha por las escaleras... Mis papeles están en regla.

Estaba el hombre fuera de , delirante; y sin echar de ver que la vieja se había largado á buen paso de la habitación, siguió hablando como si delante la tuviera. «Espantajo, madre de las telarañas, si te cojo, verás.... ¡Desacreditarme asíIba de una parte á otra en la estrecha alcoba, y de ésta al gabinete, cual si le persiguieran sombras; daba cabezadas contra la pared, algunas tan fuertes que resonaban en toda la casa.

Aquella noche llamaron dos turcos á la puerta; la guardia les preguntó qué querían: dijéronles que les llamasen un Capitán cojo y otro que tenía las narices rajadas, que los llamaba el mayordomo del Bajá. Entendiendo que lo decían por Joan de Funes y Zayas, se los llamaron. Vino con ellos Diego de Vera.

La otra se apartó, echando llamas de sus ojos y resoplidos de su pecho, y andando hacia atrás siguió diciendo, sin que las palabras llegaran a articularse: «Te cojo y te revuelco... porque si yo estuviera donde estás, sería...». Aquí recobró el aliento, y pudo decir: «¡Mejor que , mejor que ...!». La de Santa Cruz recobró la serenidad, y entrando en la sala, volvió a ponerse en el sofá.

De si tien o no tien dinero en el Banco. ¿Y a qué? Con su pan se lo coman. Con el nuestro, ¡ja, ja!... y encima codillo de jamón. ¡A callar se ha dicho! gritó el cojo, vendedor de La Semana . Aquí se viene a lo que se viene, y a guardar la circuspición. Ya callamos, hombre, ya callamos. ¡A ver!... ¡Ni que fuas Vítor Manuel, el que puso preso al Papa! Callar, digo, y tengan más religión.

Y no se engañaba en esto tampoco el cojo soldado, pues saltando quien cabalgaba en el rucio, así le decía, entregándole algo de vianda y algunos otros regalillos, que para entretenimiento de los dientes le sacó de los serones que adornaban al rucio; regalillos que bien pudieran despertar el paladar de un penitente, no que de hombre tan apetitoso como el soldado.

Más claro, a las dos nos está dando el plantón hache, y yo estoy que no lo que me pasa, más muerta que viva... llena de rabia, llena de celos. No he de parar hasta cogerle, y de veras te digo que si le cojo, y si cojo a la otra, me pierdo. Yo vengaré a la mona del Cielo, y me vengaré a . No quisiera morirme sin este gusto.

Cinco minutos.... ¿y cómo había de llegar cinco minutos antes, hombre de Dios? ¿No ve usted que soy cojo?... ¿no lo ve usted? No se incomode usted, caballero. ¡Malaventurados los cojos dijo el héroe para con tristeza , porque ellos llegaron siempre tarde! El señor a quien D. Benigno buscaba con tanto empeño no estaba lejos de su casa.

Avanzó tres pasos más, y poniendo la mano en el hombro del oficial: El día menos pensado... pronunció , cuando te vea en las Filas o en la calle Mayor... me cojo de tu brazo delante de las señoritas, ¿oyes?, y canto allí mismo, allí... todo lo que pasa. Y cuando venga la nuestra... o te hacemos pedazos, o cumples con Dios y conmigo. ¿Entiendes, falsario?

Pasados algunos días, cuando ya Estupiñá andaba por ahí restablecido aunque algo cojo, Barbarita empezó a notar en su hijo inclinaciones nuevas y algunas mañas que le desagradaron. Observó que el Delfín, cuya edad se aproximaba a los veinticinco años, tenía horas de infantil alegría y días de tristeza y recogimiento sombríos. Y no pararon aquí las novedades.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando