Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 30 de abril de 2025


Miróle Diógenes un momento de hito en hito, pensando sin duda que más presto se conoce la necedad o el talento de un hombre por sus preguntas que por sus respuestas, y díjole al cabo: ¡Ya lo creo!... Ven acá... Y llevándole frente a un espejo, y cogiéndole con una mano por el cogote, diole con la otra una gran palmada en la cabeza, añadiendo muy serio: Aquí tienes a la madre...

Las que la acompañaban, casadas todas, la acariciaban sin cesar, pasando la mano por sus cabellos, dándole palmaditas en las mejillas, cogiéndole las manos y de vez en cuando inclinándose para estampar un beso en su frente con esa condescendencia, mitad cariñosa, mitad irónica, con que las veteranas del matrimonio contemplan a las bisoñas.

Maximiliano se abalanzó a su querida con aquella especie de vértigo de respeto que le entraba en ocasiones, y besándole castamente un brazo que medio desnudo traía, cogiéndole después la mano basta y estrechándola contra su corazón, le dijo: «Fortunata, yo me caso contigo».

¿Cómo es eso, D. Facundo? preguntó avanzando hasta colocarse a su lado. Te lo explicaré en seguida repuso Hojeda en tono confidencial, parándose otra vez y otra vez cogiéndole por la manga del gabán.

Leonora, siempre sonriente, parecía impacientarse. Bien sabían en la casa que ella no admitía réplicas. Vamos, Rafael, no sea usted tonto. Habrá que tratarle como a un niño. Y cogiéndole por una manga, como si se tratara de un chiquitín, comenzó a tirarle de la chaqueta. El joven, en su turbación, no sabía lo que le pasaba.

Dos alguaciles, delante de él, impedían que fuese atropellado por los mendigos, y que entrase gente en la casa, á pesar de lo cual, más de uno se colaba. Colábase también Montiño. ¡Eh! ¿á dónde vais? le dijo uno de los alguaciles cogiéndole del brazo. ¿Que á dónde voy? dijo Montiño volviendo su mirada escandencida é insensata al alguacil . ¿A dónde he de ir sino á verla antes de que se la lleven?

Después, limpiándose la boca con movilidad pasmosa, arrepentida de haberlo hecho, comenzó a insultarle. ¡Sucio! ¡gorrino! a ver si te vienes conmigo ahora mismito para que te friegue los hocicos. No tienes vergüenza ni quien te la ponga. Y cogiéndole de la mano bruscamente, lo llevó medio a rastras en dirección del río.

Pepe Vera había pasado por detrás, y cogiéndole el brazo con fuerza brutal, había repetido: No quiero que cantes. Vencida por el dolor, María se había arrojado en una silla llorando. Pepe Vera había desaparecido. ¿Qué tiene? ¿Qué ha sucedido? preguntaban todos los presentes. Me ha dado un dolor respondió María llorando.

Fuera de esto se mostraba amable con él, le trataba como a un niño, le daba bocaditos del plato en que ella comía y le hacía mimos cogiéndole la barba con la punta de los dedos. Pero el pobre, antes de terminar la cena, se vió acometido de un golpe de tos; se puso rojo; quería echar, con grandes esfuerzos de su cuerpo, algo que no acababa de salir.

¡Alto! murmuró don Roque al oído de su subordinado. Ya hemos tropezado con uno de los ladrones. El alguacil no entendió más que la última palabra. Fué bastante para que se le cayese el fusil de las manos. No tiembles, Marcones, que por ahora no es más que uno dijo el alcalde cogiéndole por el brazo.

Palabra del Dia

atormentada

Otros Mirando