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No tengo más que un pecado... ¡Uno sólo que llena toda mi vida!... He sido el verdugo de aquella santa con la impiedad, con la crueldad de un centurión romano en los tiempos del emperador Nerón... Un pecado de todos los días, de todas las horas, de todos los momentos... No tengo otro pecado que confesar... La afición a las mujeres y al vino, y al juego, eso nace con el hombre... Pecado grande es haber sido verdugo de un alma y haber puesto en ella garfios encendidos en las hogueras del Infierno. ¡Los garfios que en las carnes de los condenados clava Satanás!... Y ahora me arrodillo para recibir la absolución... Señor capellán, la absolución, y la tuya también, mal hijo, ya que tienen esa gracia tus manos impuras.

Si Hércules no manejara mas que un bastoncito, nunca creyera ser capaz de blandir la pesada clava. Medios para descubrir los talentos ocultos, y apreciarlos en su valor.

He dado mi plata, a los ruegos del viejo que llama a mi puerta y clava sus ojos, ya ciegos, en mi alma al amor siempre abierta. Yo he dado mi plata ¡qué importa! No lloren por los abuelos. La vida es muy triste y muy corta, y hay algo que premian los cielos. Y no ha de faltarme a la mesa el triste mendrugo que he dado; que un ángel de Dios siempre besa la mesa del que es desgraciado.

Sólo ha cambiado el talle, engruesado por la edad, y, sobre todo, ha venido la enfermedad triste e implacable que la mitad del tiempo clava a Genoveva en la cabecera de su madre, sin que la una ni la otra pierdan por eso una sola de sus sonrisas ni un átomo de su apacible amabilidad.

Se clava el arpón á éste para que sigan los grandes, y, en efecto, hacen esfuerzos increíbles para salvar á su hijo, para llevárselo, subiendo y exponiéndose á ser heridos para traerlo á la superficie y hacerle respirar. Y lo defienden muerto y todo. Pudiendo zambullirse y escapar, permanecen sobre el agua desafiando el peligro para seguir el cuerpo flotante del ballenato.

Y no sólo hace usted eso, sino que me afrenta y me clava el puñal por la espalda. ¿Quién es más honrada, señora, usted que le entrega su hija por dinero, ó yo que me he entregado á él por amor? La sorpresa los había clavado á todos á la silla; pero repuestas las Cardenalas, al instante se levantaron como fieras para arrojarse sobre la intrusa.

Eres la verde guirnalda De la cabaña pajiza, Que vas marchando de prisa Con el pasado á tu espalda Y á tu frente el porvenir. Donde huye la tribu errante Y clava el hombre su planta, Tu cabeza se levanta Cual la de inmenso gigante Que está diciendo: «hasta aquí señalas las barreras Que dividen al desierto, Y oyes el vago concierto Que alzan las auras ligeras De la Pampa en el umbral.

«¡No sea usted malo! ¡No sea usted tan materialresponde ella, turbándose como una niña aturdida que sospecha haber sido indiscreta, y clava en el mancebo los ojos risueños, arrugaditos, que Visitación cree que echan chispas. El catalán finge que se deja seducir por aquellos ojos y en cada vara rebaja un perro chico. Visitación triunfa.

Si el baqueano lo es de la pampa, donde no hay caminos para atravesarla, y un pasajero le pide que lo lleve directamente a un paraje distante cincuenta leguas, el baqueano se para un momento, reconoce el horizonte, examina el suelo, clava la vista en un punto y se echa a galopar con la rectitud de una flecha, hasta que cambia de rumbo por motivos que sólo él sabe, y galopando día y noche, llega al lugar designado.

A lo que respondió el estudiante bachiller, o licenciado, como le llamó don Quijote, que: -De todo no me queda más que decir sino que desde el punto que Basilio supo que la hermosa Quiteria se casaba con Camacho el rico, nunca más le han visto reír ni hablar razón concertada, y siempre anda pensativo y triste, hablando entre mismo, con que da ciertas y claras señales de que se le ha vuelto el juicio: come poco y duerme poco, y lo que come son frutas, y en lo que duerme, si duerme, es en el campo, sobre la dura tierra, como animal bruto; mira de cuando en cuando al cielo, y otras veces clava los ojos en la tierra, con tal embelesamiento, que no parece sino estatua vestida que el aire le mueve la ropa.