Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de julio de 2025


Hace muchas noches que no cierro los ojos. ¿Pues qué tiene usted? preguntó Lázaro mirándola con mucha atención. Usted no está buena. Usted es una santa: pero la santidad con exceso es perjudicial, señora. Yo no soy santa dijo la dama: soy una pecadora. No diga usted eso, por Dios. Usted es una santa, ¡qué felicidad! ¡Tener tranquila la conciencia!

No irá... Yo me encargo de detenerlo. Pero, ¿y si fuera verdad, María? tornó a decir Elvira, aferrándose a su idea . ¿Y si su arrepentimiento es cierto y se encuentra el pobre con que le cierro la puerta?... Entonces sabré yo conocerlo y te lo llevaré a Lourdes yo misma... Iremos los tres a buscarte: él, yo y tu hijo.

Ya ven, señores... toda una catástrofe... Durante un segundo, me quedé como aplastado por el golpe; pero inmediatamente tomé al joven por el cuello: ¡Alto, hijo mío! dije, ¡basta de farsas! Y, asiéndolo siempre por el cuello, lo llevo otra vez a su sitio; después, cierro las puertas y levanto a mi mujer, que solloza convulsivamente, tendida sobre el piso.

Este se ha mostrado afectuoso y bueno para conmigo; he visto brillar en sus ojos una tímida ternura, medio velada, que mi corazón ha bebido con avidez. Me parece que una nueva primavera se acerca: la risa y la alegría se despiertan en mi corazón, y, cuando cierro los ojos, veo bailar en torno mío dorados rayos de sol. Pero ¡basta de pensamientos de felicidad, basta de cobardía!

Vaya una gran dificultad repuso éste bajando del break y dirigiéndose a abrir la tranquera, ante la que se había detenido. Así lo hizo; el break pasó y se detuvo nuevamente. ¿La cierro? preguntó Ricardo, provocando una leve sonrisa de Hipólito. Es mejor cerrarla, , señor le contestó Baldomero al mismo tiempo que Melchor exclamaba: ¡Qué pregunta!... ¡Chambón!...

Verbo del opreso, anatema al poder, tus hojas santas, al irradiar en los cerebros muertos, de la opresión libraron una raza. Te cierro ya. En la noche de su sueño, ¡paz al patriota que escribió tus páginas! dile que sus hermanos no le olvidan, que en cada pecho se le erige un ara. Octubre, 1898.

Púseme a pensar qué haría, y parecióme esperar a mi amo hasta que el día demediase y si viniese y por ventura trajese algo que comiésemos; mas en vano fue mi experiencia. Desque vi ser las dos y no venía y la hambre me aquejaba, cierro mi puerta y pongo la llave do mandó, y tórnome a mi menester.

Más abajo se divisa el tercer piso de la casa; bajando más la vista, el segundo, y, por fin el principal. En éste hay un cierro de cristales con flores, pájaros y ...¡otra cosa! Alejo miraba continuamente la otra cosa, que contenía el cierro. ¿Diremos lo que era? Pues era una dama.

Páseme a pensar qué haría y parescióme esperar a mi amo hasta que el día demediase y si viniese y por ventura trajese algo que comiésemos; mas en vano fué mi experiencia. Desque vi ser las dos y no venía y la hambre me aquejaba, cierro mi puerta y pongo la llave do mandó y tornóme a mi menester.

¡Será preciso que mate a uno! ¡No me dejaréis morir en paz!... ¡Malditos todos, que llegáis a esta puerta y no respetáis mi dolor! ¡Yo también seré maldito, porque vosotros no me dejáis morir arrepentido! ¡Mis horas están contadas!... ¡Tengo ya la sepultura abierta! ¡Dejadme! ¡Toda la noche han aullado los perros!... ¡Cierro los ojos para morir, y vuestras voces me despiertan!... ¡Sois como las hienas, que desentierran a los cadáveres!... ¡Tendré que mataros!... ¡Dejadme, hienas y lobos y escorpiones!... ¡Dejadme que muera y que la tierra caiga a puñados sobre mis ojos!...

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando