Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de julio de 2025
Viniendo de la iglesia una mañana Que habia sacrificio celebrado, Una comadre mia, Mariana, De su pequeña choza me llamaba En una isla, dó antes la tirana Le habia á su marido sepultado: Y oid lo que me dice muy gozosa, Aunque del hecho suyo recelosa.
En estas soledades vivo contento, alegre y descansado: no como en las ciudades, al bullicio sujeto del Estado; pues no hay mayor desdicha que á costa de la vida amar la dicha. Sin ambicion profana el cielo me sustenta en esta choza.
Durante el paseo hemos llegado a la choza que hay en la parte alta de las viñas, donde ha muerto esta mañana el pobre viejo. «Mi esposo no me ha permitido entrar a verle y a rogar a Dios por su alma; sin duda ha querido evitar un disgusto al presenciar el doloroso espectáculo que hubiéramos visto dentro de aquella humilde vivienda.
Tienes razón dijo el Capitán . ¡Qué suerte si estuviera vacía! ¿La ocuparemos? preguntó Cornelio. Sin perder tiempo. Desde lo alto podremos defendernos de los piratas, en el caso de que vengan a asaltarnos. ¿Y no se caerá esa choza? Tengo poca fe en la solidez de su construcción. Esos edificios son muy resistentes, Cornelio, y desafían a los elementos.
Cabe anchurosa playa de fina y suave arena, y al pié de una montaña cubierta de verdor, planté mi choza humilde bajo arboleda amena, buscando de los bosques en la quietud serena reposo a mi cerebro, silencio a mi dolor.
En algodón se acueste, rodeado de ricas colgaduras, y su alcázar le preste seguridad en dóricas figuras; que yo sin tanto muro duermo en mi choza mucho mas seguro. Despiértenle á la aurora lisonjeros amigos y criados, y tenga de hora en hora visitas de señores estimados; que yo con mejor salva recuerdo cuando me despierta el alba.
Al ver tan pueriles frivolidades, antes que vivir en Paris, preferiria vivir en una choza, enclavada en el fondo de un bosque, aunque fuese un bosque de la selva Negra.
Esta delicadeza de los campesinos nos encantó; no hemos sabido jamás a qué choza pertenecían los autores del anónimo presente.
Pero el ruido de un ladrido agudo en el interior de la choza en el momento en que Eppie ponía la llave en la cerradura, cambió las intenciones del animal, y, sin más invitaciones, se marchó cojeando. El ladrido agudo era el signo de la acogida animada que les preparaba un ratonero negro inteligente.
Luz se hubiera contentado con muchísimo menos: con un pedacito del mundo, precisamente de la parte de él más desdeñada de las gentes mundanas; algo así como cuadro de primavera campestre: praderas rozagantes, copudos robles, matas de rosales, senderos blandos y retorcidos entre los árboles y los rosales y las praderas; un sol cernido a través de las espesuras; fuertes contrastes de luz y sombra; rumor de brisas en el follaje y de aguas fugitivas entre márgenes de madreselvas y laureles bravíos; pájaros cantadores, y en lo alto, pero no lejos del río, sobre una base de roca blanquecina medio envuelta entre carrascas, hiedras y escaramujos, una casita, no como la choza rústica y grosera de los idilios, no tanto: podía ser un chalet muy cómodo y muy lindo, hasta con su salita de estudio y un buen piano en ella, y un terradillo desde el cual se descubriera una gran parte del panorama y se entrara en tentaciones de recorrer lo que no se veía...
Palabra del Dia
Otros Mirando