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Actualizado: 4 de junio de 2025


El vástago de hierro chilló un instante, y las que estaban junto al estanque oyeron en lo profundo de la bomba una regurgitación tenue. El caño escupió un salivazo de agua, y todo quedó después en la misma quietud chicha y desesperante.

El ajenjo, veneno lento, da por lo menos cierta excitación artificial; la chicha enbrutece como el opio... Henos por fin en el bonito Hotel del Valle, situado a la entrada del pueblo de Guaduas y único albergue decente en todo el camino de Honda a Bogotá. Hay, sin embargo, mucha gente y es necesario contentarse con poco.

Si en semejantes dias los indígenas de los pueblos interiores se contentan con ataviarse grotescamente y llevar sobre sus personas los variados plumages de los pájaros de sus florestas, sin beber otra cosa que la chicha, líquido fermentado, hecho de yucas, el cual ni es muy fuerte ni pernicioso, no sucede así con los naturales de Caupolican, que vestidos con igual estravagancia hacen uso del aguardiente, ocasionándoles esta bebida grandes gastos al mismo tiempo que la pérdida de su salud.

Y siendo allí puesto, hizo traer un brasero de oro, y siendo encendido en él fuego, mandóle poner delante del ídolo, en el cual fuego y brasero hizo echar ciertos pajaricos y ciertos granos de maíz, y derramar en el tal fuego cierta chicha; todo lo cual dijo que comia el sol, é que haciendo aquello, le daba de comer; y de allí adelante se tuvo aquella costumbre ordinariamente; lo cual hacia aquel mayordomo dél, ansí como si fuera persona que comiera y bebiera; ansí se tenia especial cuidado de le guisar de comer diversas comidas y maneras de manjares, y ansí las quemaban delante, á la tarde y á la mañana en braseros de oro y plata, en la manera que ya habeis oido.

Porque con los cuentos se ha de hacer lo que decía Chichá, la niña bonita de Guatemala: ¿Chichá, por qué te comes esa aceituna tan despacio? Porque me gusta mucho. Bebé y el señor don Pomposo Bebé es un niño magnífico, de cinco años.

Luisa, la hija mayor llamada Chicha, á uso americano , merecía más respeto de su padre. «Es mi pobre china decía ; la misma bondad y el mismo empuje para el trabajo, pero con más señoríoLo del señorío lo aceptaba Desnoyers inmediatamente, y aun le parecía una expresión incompleta y débil.

Años después, fueron saliendo con igual destino los otros nietos del estanciero, que éste consideraba antipáticos é inoportunos, «con pelos de zanahoria y ojos de tiburón». El viejo se veía ahora solo. Le habían arrebatado su segundo «peoncito». La severa Chicha no podía tolerar que su hija se criase como un muchacho, cabalgando á todas horas y repitiendo las palabras gruesas del abuelo.

Al cual, despues de muerto, Inca Yupanqui le honró muy mucho, haciendo traer su cuerpo en andas bien adornado, bien ansí como si fuera vivo, á la ciudad del Cuzco, cada é cuando que fiestas habia, haciendo honrar y respetar su persona á los señores del Cuzco é á los demás caciques, bien ansí como si fuera vivo; delante del cual bulto hacia sacrificar é quemar muchas ovejas é corderos, é ropa, é maíz, é coca, é derramar muy mucha chicha, diciendo, que el tal bulto comia, é que era hijo del sol, é questaba con él en el cielo.

No es posible negar, sin embargo, que Julita profesaba algunas ideas equivocadas acerca del régimen gramatical y del valor de las palabras. Por ejemplo, ¿qué razón podía tener para llamar a la carne chicha y a la niñera Tita, nombrándose Felisa? Comprendemos perfectamente que para pedir queso dijese quis quis: aquí, por lo menos, existe la raíz del verdadero vocablo.

Entonces, el viejo fijó su atención en la hermana de Julio, que sólo tenía tres años, llevándola, como al otro, de rancho en rancho sobre el delantero de su montura. Todos llamaban Chichí á la hija de Chicha, pero el abuelo le dió el título de «peoncito», como á su hermano.

Palabra del Dia

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