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Cinco días después de perdidas las galeras, nos estuvimos mano sobre mano mirándonos unos á otros sin trabajar en el fuerte. Después se comenzó á traer fajina, que era menester pelear para tomarla. En muy pocos días se hizo el parapeto del fuerte, y el lienzo de la marina, questaba á la parte de poniente, se detuvo, por ser de piedra.

Viracocha Inca en esta sazon tenia siete hijos; tenia uno de ellos menor de todos, el cual se llamaba Inca Yupanqui; y en aquel tiempo que Viracocha Inca se queria salir del Cuzco, este su hijo Inca Yupanqui, aunque era menor, era mancebo de gran presuncion y hombre que tenia en mucho su persona; y pareciéndole mal que su padre Viracocha Inca hacia de desmamparar su pueblo y quererse dar á subjetacion, así como ya se habia ofrecido, parecióle que era mal caso y gran infamia para las gentes que desto tuviesen noticia; y viendo questaba acordado por su padre y los demás señores del Cuzco de se salir, presupuso en de no salir él y juntar la gente que pudiese, y ya que Uscovilca viniese, él no darle tal obidiencia, sino morir ántes que decir que vivia en subjecion; y que por ventura podria juntar tanta gente y su ventura ser tal que venciese al Uscovilca, y ansí se libertaria su pueblo.

Á 13 de Diciembre de 1492 explica el Diario de D. Cristóbal: «Halló por el cuadrante questaba de la línea equinoccial 34 grados». Este instrumento que en otras ocasiones menciona el Almirante y de que habla también Pedro Mártir de Angleria en la crítica transcrita, era modificación del astrolabio y vino á sustituirlo en los navíos, de forma, que ya Rodrigo Zamorano escribía que astrolabio y cuadrante eran una misma cosa.

Los marineros y muchos soldados que no habían sido en el motín, se juntaron y prendieron éstos, y dieron aviso á una nave questaba allí junto, donde estaba el Capitán Artacho, que traía á cargo las siete compañías del reino de Nápoles. Envió por ellos y trájolos á Malta, donde ahorcaron tres de los más culpantes y siete desorejaron y echaron á galera.

Mientras ellos hablaban con el Bajá, se llegaron muchos turcos junto al fuerte. Los soldados estaban con sus armas á la muralla diciéndoles que se alargasen. Dragut envió á llamar á Zapata, questaba en el caballero de San Joan, y no quiso ir, diciendo que no tenía licencia de sus compañeros.

Viendo que no quería pasar adelante, volvió D. Alvaro y llevó al Duque, y llegando, se saludaron el uno al otro con mucho amor, y apartados de la gente hablaron un rato por una lengua que tenían consigo, y dende á poco se despidieron y se volvió el Virrey al campo y el jeque á su casa, questaba dentro en la isla, 10 ó 12 millas de allí, y dende á pocos días vino el Papa del Caruán.

Al cual, despues de muerto, Inca Yupanqui le honró muy mucho, haciendo traer su cuerpo en andas bien adornado, bien ansí como si fuera vivo, á la ciudad del Cuzco, cada é cuando que fiestas habia, haciendo honrar y respetar su persona á los señores del Cuzco é á los demás caciques, bien ansí como si fuera vivo; delante del cual bulto hacia sacrificar é quemar muchas ovejas é corderos, é ropa, é maíz, é coca, é derramar muy mucha chicha, diciendo, que el tal bulto comia, é que era hijo del sol, é questaba con él en el cielo.

Como los moros vieron caminar esta gente adelante, alteráronse, paresciéndoles que no se afirmaba el campo aquella noche en los pozos, sino que pasaban al castillo, questaba poco más de dos millas de allí, donde tenían los más facultosos las mujeres y hijos y haciendas; y como entre ellos había muchos de la parte de Dragut, amigos de alteraciones y revueltas, que no venían bien en que se hiciese paz, con esta ocasión comenzaron á decir á los demás: «Ya veis que los cristianos pasan al castillo con desinio de tomar nuestras mujeres y hijos por esclavos: lo mismo querían hacer de nosotros; mejor es que muramos peleando por nuestra libertad, que no dejarnos engañar con palabras y ser esclavos, cuanto más, que siendo como somos doblada gente que ellos, sanos y rebustos, haciendo lo que debemos, no hay duda sino que será nuestra la vitoria, siendo los cristianos tan pocos y muchos dellos enfermos y malparados.

Creyendo que eran de los que solían llevar provisión, los siguieron hasta pasar de un barcón questaba junto á las galeras, y llegaron cerca del reparo que las galeras tenían en torno. De allí se retiraron porque la guardia de las galeras comenzó á tirarles. Este Uzaín prendió al Moroto, que venía un poco atrás.

El Bajá porfió á engolfarse desde allí, y habiendo caminado un día y una noche se volvió un temporal contrario que les hizo volver á Sicilia. Amaneció á Cabo Páxaro y Zaragoza, y pasó tan junto á esta ciudad, que le tiraron mucha artillería, pero no que le hiciese daño. Metióse aquella noche en un puerto questaba entre Agusta y Zaragoza.