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El maestro Rodrigo Zamorano, Piloto mayor delas flotas de las Indias, examinador de maestres de las misma carrera que tuvo en Sevilla un gabinete de cosas naturales de América escribió la Cronología ó repertorio de la razón de los tiempos impreso en la dicha ciudad en 1585, obra todavia digna de ser consultada por los marinos, así como por los agrónomos y metereologistas.

Decía: «Aun más de lo que os amo os amara si, en llegando a Salamanca, me escogieseis vos mesmo, en la tienda que llaman del Zamorano, una gallarda vihuela de lindo sonar. Quisiera viniese, luego luego, por medio de algún viajante, pues tengo harta necesidad. Dícenme que el cura de San Juan debe volver esta semana. »Dichoso viaje, mi señor bachiller. Beatriz.

Dícese que sirvió de modelo y estímulo á Argote de Molina y á Rodrigo Zamorano para que á su vez reunieran entonces en Sevilla gran número de objetos naturales, de todo lo cual resultó un verdadero progreso científico.

Pero Aresti conocía de larga fecha estos recibimientos; el furor que acometía á todos por estar enfermos apenas le veían, sin ocurrírseles bajar al hospital más que en casos de extrema gravedad. Y seguía adelante sonriendo á unas, contestando á otras alegremente, precedido por el pinche zamorano que volvía la cara como si temiese verle secuestrado por el grupo de comadres.

Rodrigo Zamorano como examinador de Maestres de la Carrera de Indias, cada maestre que va tiene á dicha traerle alguna cosa nueva ó extraordinaria y así tuvo las paredes de los portales de su casa todas llenas de estas conchas, peces y animales muy de ver .

Que la colección de objetos naturales traidos de América, formada por Monardes, llegó efectivamente á constituir un notable museo, lo prueba la circunstancia de que se cita por todas las personas dedicadas á estos estudios, y es, según el referido Beckman uno de los más antiguos que han existido refiriéndose al año 1554, y aunque los indicados Argote de Molina y Rodrigo Zamorano se ocuparon en Sevilla en reunir substancias de esta índole, no llegaron estas colecciones á igualar á la de Monardes, ni en el número de ejemplares, ni tampoco en las condiciones especialísimas de los mismos, dignas de ser tenidas muy en cuenta por lo conveniente para el estudio, en todos conceptos, así como por el valor científico, importancia y criterio en la elección de los objetos coleccionados, que superaba á todos.

Zamorano llama ya mortero á la caja cilíndrica de madera que contiene la rosa por tener hechura de una grande escudilla; recomienda que si la aguja se inclina se ponga en la parte contraria un poco de cera ó una delgada lámina de plomo, y hecho el instrumento, llamado aguja de marear, se asiente en la popa, donde está la bitácora, en la línea que pasa desde el bauprés por el centro del mástil mayor.

Y mientras vuesa merced recibe a esos perros, yo pondré a guisar estos dones de nuestra redonda madre replicó Pablillos; y se retiró por la galería columpiando la canasta encima de su cabeza. Era hijo de una partera de Cádiz y de un famoso farsante zamorano; Ramiro le había tomado a su servicio en Salamanca.

En este año tuvo el estanco de los lutos y bayetas en Sevilla y Triana, Acacio Salvador. En Julio de dicho año se enterró en Santa Cruz el maestro Rodrigo Zamorano.

Á 13 de Diciembre de 1492 explica el Diario de D. Cristóbal: «Halló por el cuadrante questaba de la línea equinoccial 34 grados». Este instrumento que en otras ocasiones menciona el Almirante y de que habla también Pedro Mártir de Angleria en la crítica transcrita, era modificación del astrolabio y vino á sustituirlo en los navíos, de forma, que ya Rodrigo Zamorano escribía que astrolabio y cuadrante eran una misma cosa.