Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de octubre de 2025
Lo afirmaba el Capellanet, que por sus aficiones belicosas tenía algo de jurisconsulto. «Defensa propia, don Jaime...» En la isla sólo se hablaba de este suceso. En los cafés y casinos de la ciudad todos le daban la razón. Hasta habían escrito a Palma relatando el hecho para que lo publicasen los diarios. A estas horas sus amigos de Mallorca estarían enterados de todo.
Aparecía el instinto atómico de la raza, incapaz de acometer nada en conjunto, privada del valor colectivo, y que únicamente se siente fuerte y emprendedora cuando cada individuo puede obrar por inspiración propia. La calle Larga se había oscurecido: los casinos estaban cerrados.
Millares y millares de variados tubos y reverberos iluminan las tiendas, los cafés, los hoteles, los casinos: otros tantos millares y millares de luces se reflejan en los espejos interiores, que tienen casi todos los establecimientos públicos, produciendo una especie de vision mágica; mientras que los faroles de los centenares de carruajes que van y vienen en un oleaje contínuo, convierten aquellos espaciosos bulevares en una atmósfera oscilante de luz.
Los españoles lo invaden en verano, los ingleses en invierno y los rusos en otoño, como si por turno quisieran disfrutar sus comodidades bastante problemáticas y sus encantos harto discutibles. El lujo se apresuró a levantar allí villas y palacios; la especulación, hoteles y casinos; sólo la piedad se quedó con las manos quietas. En Biarritz apenas si existe una iglesia.
Si el populacho nos pide los talleres nacionales, la alta vagancia nos pedirá algún día los casinos costeados por el Estado. Lógica, lógica, digo yo. Y a los que predican el comunismo les digo: «Estáis tocando el violón, porque el comunismo existe entre nosotros con tan profundas raíces como la religión: es nuestra segunda Fe.
El padre sentía una satisfacción animal al verle grande, fuerte, atrevido e insolente, haciéndose respetar en cafés y casinos, más aún por sus puños que por la especial inmunidad que da el dinero en las pequeñas poblaciones. ¡Cualquiera se atrevería a burlarse del viejo usurero teniendo a su lado tal hijo!
La vía estaba limpia de transeúntes; pero en los casinos los balcones mostrábanse iluminados; los pisos bajos no tenían otro cierre que las cancelas de cristales. Los rebeldes pasaban ante las sociedades de los ricos lanzándolas miradas de odio, pero sin detenerse apenas.
4 de Abril. La monotonía de mi vida en este lugar empieza a fastidiarme bastante, y no porque la vida mía en otras partes haya sido más activa físicamente; antes al contrario, aquí me paseo mucho, a pie y a caballo, voy al campo, y por complacer a mi padre concurro a casinos y reuniones; en fin, vivo como fuera de mi centro y de mi modo de ser; pero mi vida intelectual es nula; no leo un libro ni apenas me dejan un momento para pensar y meditar sosegadamente: y como el encanto de mi vida estribaba en estos pensamientos y meditaciones, me parece monótona la que hago ahora.
Nos cuenta, sin embargo, contradiciéndose, que el Sr. don Emilio Castelar le dió un almuerzo suculentísimo, en el que se sirvieron diecisiete platos, sin contar los postres, que serían, probablemente, cuarenta ó cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado con los mejores vinos españoles. Pues qué ¿quería más el Sr. Taylor? También se contradice al hablar de los clubs ó casinos.
Que hablen contra el juego los moralistas hasta cansarse... Lo cierto es que las sumas que se arriesgan en las carreras de caballos y en los casinos aumentan de año en año con una progresión rápida, más rápida que la progresión de la fortuna pública. El desarrollo de las buenas costumbres no ejerce ninguna influencia en su disminución.
Palabra del Dia
Otros Mirando