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Actualizado: 15 de junio de 2025
El pobre tiene razón. ¿Por qué se han de meter los del coro en si don Sebastián vive así o asá y tiene estos líos o los otros? ¿No les deja él hacer lo que quieren? ¿Les dice acaso una palabra de sus visiteos escandalosos, a pesar de que todo Toledo los conoce? ¿Y los canónigos qué dicen del cardenal?
Corrigiendo las pruebas de tanto libro religioso notaba Gabriel el profundo respeto que aquella ciencia despreciada infundía a los buenos abates franceses, de cultura muy superior a la de los canónigos de allá abajo.
Este claustro, que había de ser tan grande y hermoso como el de abajo, lo comenzó el cardenal Cisneros don Antolín se llevó la mano al bonete para que viviesen en él, sujetos a reglas conventuales, los canónigos de la catedral. Pero tenían mucho dinero los canónigos de entonces, eran unos grandes señores, y no podían vivir aquí encerrados.
Yo no pertenezco a su gloriosa clase; soy ave de corral tranquila y bien cebada, y no me arrepiento de ello cuando veo a mi antiguo camarada Fernando Salvatierra, el amigote de tu padre, vestido de invierno en el verano, y de verano en invierno, comiendo pan y queso, con una celda reservada en todos las cárceles de la Península y molestado a cada paso por la vigilancia... Muy bonito; los periódicos publican el nombre del héroe, tal vez la historia llegue a hablar de él, pero yo prefiero mi mesa en el escritorio, mi sillón, que me hace pensar en los canónigos reunidos en el coro, y la generosidad de don Pablo, que es espléndido como un príncipe con los que saben llevarle el aire.
Otro documento también me ha facilitado el señor Gestoso, que figura en su colección de autógrafos, y el cual lleva la fecha de 1569, siendo un poder otorgado por Guerrero á dos canónigos para cobrar 261 gallinas que le cupieron en dicho año de la ración de que gozaba en la iglesia Catedral.
Un acuerdo del capítulo de la catedral de Gerona, del año 1534, nos ofrece algunos datos de no escasa importancia acerca de las representaciones que se hacían en las iglesias. Ya hemos dicho que los canónigos de esta iglesia solían representar en la mañana de Pascua el juguete dramático, titulado Las tres Marías.
San Marcos llora; allá le dejo entregado á su viudez, y á los canónigos escandalizados de que Lerma se haya atrevido á tanto: allá se quedan llorando, porque ya no tienen quien les haga llorar... de risa, y yo me vengo aturdido á la corte, porque ya no tengo al lado, en un consorcio infame, á quien me hacía reir de... rabia. ¡Siempre tan desesperado! dijo con acento conmovido la joven.
En estas fiestas que se daban en honor del conde de Villaumbrosa, que había sido nombrado presidente del Consejo de Castilla, los canónigos obsequiaron al Asistente y mandaron arrojar á la plaza una fuente de dulces, dando prueba de su generosidad y largueza.
Pero consta que en el año 1238 estaba ya electo obispo de Córdoba D. Lope de Fitero, consejero del rey, y constituido el cabildo de canónigos de la iglesia catedral de Sta. María . La basílica de los tres mártires Fausto, Januario y Marcial, que habia servido de catedral á los mozárabes, recibió el título y advocacion de S. Pedro, en conmemoracion del dia en que habia sido recuperada la ciudad.
Con un intervalo de algunos años había tenido otro, Esteban, que apenas sabía andar y ya se arrodillaba ante las imágenes de la habitación, llorando para que su madre le bajase a la iglesia a ver los santos. La pobreza entraba en el templo; reducíase el número de canónigos y racioneros.
Palabra del Dia
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