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Actualizado: 15 de mayo de 2025
¡Ya salen «a hacer» señoras! decía el Tato en su argot canallesco . ¡Brrum! ¡Paso a don Juan Tenorio...! Cuando ya no salían más canónigos, el perrero hablaba a su tío del cardenal. Está estos días dado a los demonios. En palacio no hay quien le aguante. La dichosa fístula le trae loco. Pero ¿es verdad que tiene esa dolencia? preguntó Gabriel. ¡Anda! Todo el mundo lo sabe.
La luz escesiva de aquellas anchas ventanas, la abundancia de los estucos y dorados, la presencia inoportuna de aquellas cariátides y genios, dan á esta parte del templo un aspecto profano, mas propio de una galería ó aula régia que de un coro de canónigos. Y aun prescindiendo de su destinacion, como obra artística es á nuestros ojos lo menos feliz de la gran catedral cordubense.
Para los canónigos, es griego puro todo lo que duerme en los archivos de música, y nosotros los artistas eclesiásticos formamos raza aparte, estamos, cuando más, un peldaño por encima de los sacristanes. El maestro, el organista, el tenor, el contralto y el bajo formamos la capilla.
Por distintas partes de la casa se veían retablos diminutos, sagrarios y hasta púlpitos improvisados con sillas. Últimamente habían hecho casullas de papel, y decían sus misas como unos canónigos, echando cada latín que metía miedo y observando todas las reglas de aquel acto con notorio puntualidad.
En todos mis viajes he podido observar que el progreso de las ciudades está en razón inversa del número de sus canónigos, frailes y demas séres inútiles, que duermen, cantan y consumen. Malínas es á Bélgica lo que Toledo á España y Friburgo á Suiza. La catedral de Saint-Rombaut es la joya de Malínas, si bien sus formas exteriores no tienen gran valor.
Era día de gran fiesta, y no sólo los canónigos y beneficiados estaban en sus asientos, sino los sacerdotes de la capilla de los Reyes y los prebendades de la capilla Mozárabe, las dos pequeñas iglesias que vivían aparte, con tradicional autonomía, dentro de la catedral de Toledo. Luna vio en medio del coro a su amigo el maestro de capilla, con sobrepelliz rizada, moviendo una pequeña batuta.
Aun en medio de su angustia, encontró el gesto enérgico y sus antiguos votos de soldado para rechazar a los enemigos. Se ahogaba, pero no quería que lo viesen los canónigos. Adivinaba en muchos de ellos la satisfacción tras el gesto compungido. ¡Que nadie le tocase! ¡
Representó el cabildo á S. S. Inocencio IV que no eran bastantes las rentas para mantener el número de dignidades y canónigos que habia, pidiéndole los redujese al que resultase correspondiente á sus facultades, y habiendo el pontífice dado comision para que con asenso del cabildo determinase dicho número, se resolvió que el de dignidades quedase como estaba, que los canonicatos se redujesen á veinte, y á veinte tambien las raciones; lo que confirmó S. S. por rescripto de 26 de junio de 1247.
Bien es verdad que, en cambio, su clero catedral era de ciento diecisiete canónigos y tenía sesenta y ocho conventos con más de cuatro mil frailes y catorce mil clérigos en la diócesis. ¿Y Toledo? A fines del siglo XV empleaba cincuenta mil obreros en sus tejidos de seda y de lana y sus talleres de armas, y a más los curtidores, los plateros, los guanteros y los joyeros.
Habrá dijo repentinamente la señorita de Porhoet con voz solemne, habrá un cabildo de canónigos regulares dedicados al servicio de esa iglesia. Todos los días á la hora de maitines se dirá, en la capilla particular de mi familia, una misa rezada por el reposo de mi alma y la de mis abuelos.
Palabra del Dia
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