Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
Pálida, completamente demudada, los ojos fijos en el vacío, ni escuchaba lo que le decían ni quería tomar nada de lo que le daban para calmarla. No hacía otra cosa que repetir sin cesar en voz baja y enronquecida: Mamá..., mamá..., mamá... El cura se acercó a ella y le dijo: Hija mía, cálmate, cálmate. Esta es una prueba que Dios te envía para que demuestres tu resignación.
Guárdatela le dijo para la desdentada de tu mujer, que se contentará con eso. Vidita, no he podido más y cálmate, que mi señora no tiene nada que ver en nuestras diferencias. ¡Qué difiriencias, si siempre es lo mismo; yo pedir y tú negar! Ya lucirán días mejores. Pues entonces vienes, galán. Vamos, fierecilla, no seas tan brava, que tu Quintín es capaz de vender el alma al diablo por complacerte.
Y con el puño cerrado golpeé sobre la mesa, lo que me dolió bastante. Veamos, veamos, mi buena hijita díjome conmovido el cura, cálmate y cuéntame lo que tú le hiciste. Nada. En cuanto os fuisteis, me apellidó desfachatada y se lanzó sobre mi como una furia. ¡Ah, qué odiosa! Vamos, Reina, vamos, bien sabes que hay que perdonar las ofensas.
Y el pobre cura, que a la vez lloraba y reía, mirábame con enternecimiento, me pasaba la mano por la frente y me hablaba como a un pajarillo herido, cuyas quebradas alas hubiera querido curar con caricias y frases cariñosas. Vamos, Reina, vamos hijita querida, cálmate un poquito, cálmate me dijo separándome con dulzura. Tenéis razón respondíle, relegando el pañuelo al fondo de mi bolsillo.
¡Cálmate, vejete! Carlos, ¿quién es ese tío, vamos? ¡Corre! ¡Cállate, insensato! ¡Vamos, toma esto! Y con mano nerviosa Carlos Tomás llenó de licor una copa. Bebe y vete, hasta mañana... en cualquier parte, pero déjanos; vete en seguida y déjanos en paz.
Pepe, por evitar que la cosa pasase adelante, trató de bromear, diciendo: Vaya, hombre, cálmate; otro día puede que entren en Estella o que asomen por Chamberí.
Harto he llorado ya recordándoos. ¿Qué más queréis? ¿Que continuemos llorando? ¡Todo lo que queráis! Queridas amigas, les parece que no hemos llorado bastante; complazcámoslos. ¡Lloremos, queridas amigas! ¡Os amo tanto, Marcio! ESCIPIÓN. ¡Querida Cleopatrita, cálmate! En el estado en que te encuentras, el ponerte así puede hacerte daño. Lo mejor que podéis hacer es volveros por donde vinisteis.
Tomasuelo lloró más fuerte que nunca. Las lágrimas caían á modo de lluvia, acompañadas por tempestad de sollozos. ¡Por vida de los hombres endebles! exclamó Nicolasa. ¿Qué locura es ésta? Cálmate, por Dios y ten pecho ancho.
Qué le hemos de hacer dije con cierta indiferencia; no querrás reformar las costumbres y las ideas de las pequeñas poblaciones... Sí que querría replicó Francisca exaltada. Es insoportable vivir aquí... Y esas historias sin fin sobre el prójimo, y esa malevolencia universal... ¡Qué horror! Cálmate, Francisca le dije al besarla para despedirme.
Hace días que las noto más flacas... ¿Sabes por qué no quieres ir más? ¿Quieres que te lo diga? Tenía las ventanas de la nariz contraídas, y su respiración acelerada le cerraba los labios. ¡Vamos! No seas... cálmate, que es lo mejor. ¡Es que te lo voy a decir! ¿Pero no ves que estás delirando, que estás muerto de fiebre? le interrumpí. Por dicha, un violento acceso de tos lo detuvo.
Palabra del Dia
Otros Mirando