Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 6 de junio de 2025
¡Así le despedía, fríamente, como a un amigo importuno! ¡Y aquella mujer era la misma de Sevilla!... ¡Y le convidaba a almorzar con su amigo, para que éste se recrease examinándolo de cerca como un bicho raro!... ¡Maldita sea! El era muy hombre... Se acabó. No volvería a verla. En aquellos días recibió Gallardo varias cartas de don José y de Carmen.
Hermanas mías, ¿me perdonan vuestras caridades el pecado de haberme distraído durante la misa?» En fin, hijo: que las traía fritas a perdones. No sé cómo me aguantaban. Después pasaba al extremo opuesto. Había temporadas en que le daba por ser mala y mortificar a todo bicho viviente. Las niñas le temblaban. Armaba riñas entre las hermanas. Era el genio malo del convento.
Con eso despertó el tío Miguel y echó a correr como si tuviese chispas en los pies. El lagarto es un bicho bueno y bien inclinado; nunca se recoge a puestas de sol sin bajarse por las paredes y venir a besar la tierra.
Todos los grados de entendimiento que tengas por cima de los 20 no sólo te serán inútiles, sino nocivos; te distraerán de lo que importa a tu interés; te harán pensar en multitud de asuntos inútiles, en que no piensan los tontos; te concitarán el odio de los demás hombres, o harán que te miren como a un bicho raro y estrafalario, y de nada podrán servirte si no llegan a los 100, que son ya los grados del genio.
Una vez que el bicho ha cumplido más o menos bien su deber, sea pegando serios sustos a los toreadores, sea huyendo sin cesar con el aire imbécil, se abre un portón y es arrojado a un potrero contiguo. En cuanto a los «artistas» que tuve ocasión de ver, todos ellos criollos, eran, aunque de valor extraordinario, deplorablemente chambones.
Felizmente para Barragán, no tanto para Elena, se presentó allí Gustavo Núñez que la había seguido los pasos. Recobró aquélla la calma y disimulando la causa de su turbación para no herir al amigo de su marido, contó que había visto un bicho negro y largo, así como una serpiente. Barragán y Núñez se pusieron a buscar, pero, es natural, no dieron con él.
Prefiero creer y decir que usted es tonto. ¡Sería tan infame saber y disimular! No; usted ignora lo que en Madrid sabe todo bicho viviente. Usted no disimula. No se disimula con tanta habilidad. Discreto es el Conde de Alhedín, discreta es doña Beatriz, y sin embargo no han disimulado.» Así terminaba la infame carta. Ni una palabra más. No tenía firma. La letra parecía contrahecha.
El borracho, hasta entonces sonriente y bonachón, sintió nacer su cólera con el recuerdo de aquella tarde de desgracia. ¿Y aún se reía aquel mal bicho?... Estos toros de perversa intención, marrulleros y reflexivos, que parecían burlarse del lidiador, eran los que tenían la culpa de que un hombre de bien fuese insultado y se viera en ridículo. ¡Ay, cómo los odiaba Gallardo! ¡Qué mirada de odio la suya al fijarla en los ojos de cristal de la cornuda cabeza!...
¿Irá mucha gente? preguntó Belarmino. Anda; y las señoras más guapas y elegantes de Pilares. ¿Un filósofo para señoras guapas y elegantes? ¡Bueno será él! exclamó Belarmino, decepcionado. El despierto estudiante corrigió en un periquete: Caprichos de las señoras.... Han oído: un filósofo, y se han dicho, pues vamos a verlo; será un bicho raro. ¡Ah, ya!
No había olvidado las advertencias de su tío y de sus maestros; pero, sin agravio de ellas, bien podía suponer que cada marchante fuera un pillo, y un ladrón disfrazado cada transeúnte. ¿Traían en la frente alguna señal que demostrara lo contrario? Pues, en la duda, cara de perro a todo bicho viviente.
Palabra del Dia
Otros Mirando