Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 21 de junio de 2025


De vez en cuando hacía Materne sobre el cosaco reflexiones como éstas: ¡Qué cosa más singular!, ¿eh? Una nariz redonda y una frente como una caja de queso. ¡Y eso que hay hombres raros en el mundo! Le has dado bien, Kasper; exactamente en medio del pecho; y, mira, la bala le ha salido por la espalda. ¡La pólvora es magnífica! Divès tiene siempre buen género.

¿Y trasladarle a Vetusta?... decía el militar. ¡Imposible! ¡Ni soñarlo! ¿Y para qué? Morirá esta tarde de fijo. Somoza solía equivocarse, anticipando la muerte a sus enfermos. Esta vez se equivocó dándole a don Víctor más tiempo de vida del que le otorgó la bala de don Álvaro. Murió Quintanar a las once de la mañana. El mes de Mayo fue digno de su nombre aquel año en Vetusta. ¡Cosa rara!

¡Voto a tal! sufro mucho decía el maestro Zeli. Estaba tendido en tierra en el fondo del sollado, iluminado apenas por un farol cuidadosamente cerrado; el muslo derecho estaba casi separado del tronco; en cuanto al izquierdo, una bala se lo había llevado.

No lo ; pero, , soldado en su corte moral, en sus propósitos, en sus ambiciones, en el ideal de su vida, trazada de antemano como la trayectoria de una bala de cañón. ¿Qué tenía que hacer semejante hombre en el Perú, después de la victoria?

Allí había ido a parar el brazo de Nicolás, y ahora se ocupaban los doctores en extraer una bala del hombro de un montañés del Harberg, de rojas patillas, para lo cual hacían a éste anchas incisiones en forma de cruz en la espalda, cuya carne se estremecía, y de los velludos costados del herido la sangre corría hasta las botas. ¡Cosa extraña!

El saurio no estaba más que a seis pasos, y de un coletazo podía echarse encima de la chalupa. Van-Stael apuntó a las abiertas mandíbulas del monstruo, e hizo fuego. El cocodrilo, herido de muerte por la bala que le debió de atravesar de la garganta a la cola, se encabritó como un caballo, agitando su enorme cola, y después cayó revolcándose y levantando salpicaduras de fango.

Contúvose, sin embargo, porque sabía cuán terribles eran las embestidas de Diógenes, y con forzada sonrisa contestó: Mira, Diógenes, la borrachera de ayer te dura todavía... ¿En qué cabeza cabe sino en la tuya, de bala rasa, que fuera yo a venderme a mi mujer por un puñado de duros?...

Sentáronse y sentéme; y porque el otro lo llevase mejor, que ni me había convidado ni le pasaba por la imaginación, de rato en rato le pegaba yo con la mozuela, diciendo que me había preguntado por él y que le tenía en el alma y otras mentiras de este modo, con lo cual llevaba mejor el verme engullir, porque tal destrozo como yo hice en el ante no lo hiciera una bala en el de un coleto.

En cambio se apresura á lanzarse sobre la presa ya caída, sobre un enemigo que no puede defenderse. Hasta cuando un lobo acaba de caer, vivo todavía, herido por la bala del cazador, arrójanse todos sus compañeros sobre él para rematarlo y disputarse sus restos.

Los guardias treparon ágilmente, calando la bayoneta, dispuestos á un combate cuerpo á cuerpo; el Carolino era el único que marchaba perezoso, con la mirada estraviada, sombría, pensando en el grito del hombre al caer derribado por su bala.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando