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Actualizado: 9 de junio de 2025


Estando escribiendo, llamáron á la puerta, y entró el mercader que le traía á Babuco su bolsillo que se habia dexado olvidado encima del mostrador. ¿Cómo es posible, dixo Babuco, que seais tan generoso y escrupuloso, despues de haber tenido cara para venderme vuestras buxerías quatro tanto mas de lo que valen?

En un buque deben necesitarse los cuidados y el buen orden de una mujer... La vida me cierra las puertas: estoy sola. El capitán sonrió con una ironía cruel. Adivino tu sonrisa. lo que quieres decirme... Puedo venderme; crees sin duda que esta ha sido mi vida anterior. No... ¡no! te equivocas; no sirvo para eso.

¡Oh, cuesta mucho!... ¿Usted quiere comprar? Si usted querés venderme... contestó llanamente Candiyú, convencido de la imposibilidad de tal compra. Pero míster Hall proseguía mirándolo con pesada fijeza, mientras la membrana saltaba del disco a fuerza de marchas metálicas. Vendo barato a usted... ¡cincuenta pesos!

Un magalaje ó Jefe carolino que conocí en Marianas, por ningún precio quería venderme dos auroras que poseía, y si las llegué á adquirir fué merced de la gran curiosidad que despertó al Jefe carolino, mi reloj remontoir que tuve que darle en cambio. Téngase en cuenta la fecha en que se hizo la primera edición de este libro. Entonces no se había concebido el gigantesco proyecto del canal de Panamá.

-Aun ahí sería el diablo -dijo don Quijote-, si ya no estuviese Melisendra con su esposo, por lo menos, en la raya de Francia; porque el caballo en que iban, a me pareció que antes volaba que corría; y así, no hay para qué venderme a el gato por liebre, presentándome aquí a Melisendra desnarigada, estando la otra, si viene a mano, ahora holgándose en Francia con su esposo a pierna tendida.

, Polidura, ten cuidado de no venderme: ya sabes cómo las gasta Juliana... Pues sigo: me planté allá, y la vi: la pobre está descalza y con los trapitos en jirones. Da pena verla. El moro es tan celoso, ¡Dios! que cuando me oyó hablar con ella se puso frenético, y me quiso pegar... 'Galán bunito decía , matar galán bunito'. Por no escandalizar, no le di un par de morradas...

Contúvose, sin embargo, porque sabía cuán terribles eran las embestidas de Diógenes, y con forzada sonrisa contestó: Mira, Diógenes, la borrachera de ayer te dura todavía... ¿En qué cabeza cabe sino en la tuya, de bala rasa, que fuera yo a venderme a mi mujer por un puñado de duros?...

Hay que tener una predisposición especial, cierto talento para fingir lo que no se siente... Yo he intentado venderme, y no puedo, no sirvo. Amargo la vida de los hombres cuando no me interesan; soy su adversario, los odio, y huyen de . Pero el marino prolongaba su sonrisa atrozmente burlona. ¡Mentira! dijo otra vez . ¡Todo mentira! No te esfuerces... No me convencerás.

Palabra del Dia

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