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Actualizado: 9 de junio de 2025


Doña Josefa, la hija del conde de la Monclova, siguió habitando en palacio después de la muerte del virrey; mas una noche, concertada ya con su confesor, el padre Alonso Mesía, se descolgó por una ventana y tomó asilo en las monjas de Santa Catalina, profesando con el hábito de Santa Rosa, cuyo monasterio se hallaba en fábrica.

Un día, la superiora del convento le comunicó que Ventura se había huído de aquel asilo, en compañía, según todos los informes, del duque de Tornos. «El gran humanitario», como le llamó el Faro en cierta ocasión, recibió la nueva con valor estoico.

Separando con su enorme masa las naciones que por una y otra parte sitian sus vertientes, la montaña protege también á los habitantes, generalmente poco numerosos, que han ido á buscar asilo á los valles. Los abriga, los hace suyos, les da costumbres especiales, cierto género de vida, particular carácter.

Pasó en silencio por delante de ellos y fué derecha a las habitaciones de su madrastra como quien ha recorrido aquel camino muchos años. La duquesa estaba, en aquel momento, de conferencia con el médico director de un asilo de ancianas pobres, que ella había fundado hacía poco tiempo en unión de otras señoras. Al levantarse la cortina y ver a su hijastra, sonrió con dulzura. ¿Eres , Clementina?

No seas tonta dijo la moribunda haciendo un esfuerzo para sonreír y acariciándole la cabeza con su mano de esqueleto . Ya no me duele que te alegres.... ¡Qué importa!... Muero satisfecha sabiendo que vas a deberme un poco de felicidad.... Te recomiendo a las ancianitas del asilo.... Protégelas, hija mía ... y a esta buena Marcela, también.... Adiós, adiós todos.... Perdonadme el mal que os haya hecho....

Además, el lugar que él pudiera encontrar, al cabo tenía que parecerle repugnante a ella; y como en Ana la imaginación influía tanto, el desprecio del albergue podía llevarla a la repugnancia del adulterio.... No había más remedio que tomar por asilo el caserón de los Ozores. Era lo más seguro, lo más tranquilo, lo más cómodo.

Hombre, en Chamberí... mi asilo... ¿Está usted lelo? ¡Ah! perdone la señora... cuando la obra, creí al pronto que era una obra literaria. Si no puede usted de un viaje, emplee dos. O tres, o cuatro... tantísimo gusto en ello... Si necesario fuese, naturalmente, tantos viajes como ladrillos...

Al cabo llegaron a un ancho espacio, casi despejado de árboles, y en cuyo centro se alzaba un grande edificio de extraña arquitectura, palacio, fortaleza o tal vez abandonado asilo de anacoretas penitentes. Los peregrinos le visitaron y reconocieron, hallando que en él no vivía nadie.

Pero ahora lo , padre mío dijo Eppie . Si no hubiera sido por vos me hubieran llevado al asilo de los pobres y no hubiera habido nadie que me quisiera. ¡Ah! querida mía, la bendición ha sido para . Si vos no me hubierais sido enviada para salvarme, hubiera descendido a la tumba con mi miseria.

Pagaron, unos pocos que dejaron el asilo de la eminencia, el atrevimiento de su capitan, y en seguimiento de la idea propuesta, se continuó la marcha para campar en la llanura de Ayaguacas, donde pasaron la noche sobre las armas, por el cuidado que daba la inmediacion del enemigo.

Palabra del Dia

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