Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de mayo de 2025
Se arrepintió de haber venido, provocando con su curiosidad una confesión que despertaba las tristezas de esta mujer. Ella, que le miraba sin verle, con los ojos desmesuradamente abiertos, acabó por concentrar sus pupilas, fijándose en la emoción de Miguel. Esto la hizo serenarse un poco. Feliz tú, que no conoces este suplicio. Es interminable: no tiene remedio.
Así es que casi se arrepintió de haber contribuído al triunfo cuando vió en la plaza del Cuzco morir á Tupac-Amaru, después de un brutal martirio, que parecía invención de fieras y no de seres humanos.
Navarro debió principalmente su venturosa escapatoria, a la condescendencia o complicidad de la gente menuda, siempre venal; de modo que Salvador no se arrepintió de haber recurrido al buenazo de Pedro López, ni este se arrepintió de servirle, porque, habiendo cobrado en moneda corriente sus estipendios y el importe de todos los gastos, pudo ofrecer a la iracunda Nazaria parte del caudal que le había derrochado.
Fué tal la sorpresa de la mujer, que apartó sus labios del licor, mirando á Robledo con ojos desmesuradamente abiertos. Desde que le oí hablar dijo tuve el presentimiento de que usted me conocía. Maquinalmente dejó la copa sobre la mesa. Luego se arrepintió, apresurándose á beberla de golpe. Pero ¿quién es usted?... ¿Quién eres?... ¿quién eres?
Tengo la certeza de que al salir de aquí nos querremos más; que constituiremos una verdadera familia cristiana, como dice.... Se detuvo como avergonzado de soltar ante Luis el nombre en que pensaba. Pero se arrepintió de su duda como de un pecado, y añadió con energía, queriendo imponer su convicción: Los jesuítas no son malos como yo creía torpemente. Debes salir de tu error, Luis.
Iba á recobrarlo de un momento á otro, y su felicidad sería completa... Inmediatamente se arrepintió de haber evocado este recuerdo, que podía disolver el hechizo en que vivían. Pero ella no mostró emoción alguna. Sí; lo recobraré murmuró . Estoy segura. Me acompaña la buena suerte... Ya era hora, después de sufrir tanto. Y volvió á entregarse al momento presente.
El dibujo de Goya, única prenda que no se arrepintió doña Andrea de haber vendido, porque le trajo un amigo, lo compró Juan Jerez; Juan Jerez que cuando murió en Madrid Manuelillo, y la madre extremada por los gastos en que la puso una enfermedad grave de su niña Leonor, se halló un día pensando con espanto en que era necesario venderlos, compró los libros a doña Andrea, mas no se los llevó consigo, sino que se los dejó a ella «porque él no tenía donde ponerlos, y cuando los necesitase, ya se los pediría». Muy ruin tiene que ser el mundo, y doña Andrea sabía de sobra que suele ser ruin, para que ese día no hubiese satisfecho su impulso de besar a Juan la mano.
Temía que dijese algo terrible al repetir las murmuraciones de la otra dama, con su alegría rencorosa de misógino. El, por sus relaciones con Valeria, se consideraba unido á la duquesa y no podía tolerar nada contra ella. Se separaron después de algunos minutos de palabrería indiferente. Pero el pianista se arrepintió al instante, viendo la mirada iracunda que le dirigía Lubimoff.
Mientras Antoñona iba rumiando y concertando en su mente todas estas cosas, D. Luis, no bien se quedó solo, se arrepintió de haber procedido tan de ligero y de haber sido tan débil en conceder la cita que Antoñona le había pedido. Don Luis se paró a considerar la condición de Antoñona, y le pareció más aviesa que la de Enone y la de Celestina.
Su primer impulso fué denunciarla. Luego se arrepintió, por los escrúpulos de una caballerosidad absurda... Además, tendría que explicar su pasado á los jefes de Brest, que apenas le conocían. Estaba lejos aquel marino de Salónica que sabía comprender los errores pasionales. Quiso vigilar por sí mismo, y en la tarde se fué á tierra.
Palabra del Dia
Otros Mirando