Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Y quiero en mi rostro sentir de los vientos ósculos ardientes que sepan de amor, y en mi mente loca tejer pensamientos tan bellos que halaguen mi alma, mi alma en flor. Porque necesito decirme a mí mismo que el dolor no existe, que es pura ilusión, que sólo germina el laudable altruísmo de todos los hombres en el corazón.
Y la hija aprovechó la ocasión para dejar oír una voz de monjita tímida, que contrastaba con sus ardientes ojos orientales: Sí; papá vive mejor aquí. Aquí estás más tranquilo añadió el capitán y haces menos pecados. Febrer pensaba en el tormento de pasar su existencia al lado de aquel fuelle roto. Por fortuna, moriría pronto.
Así, nuestra imaginación arrastrada en el sublime vuelo de tu musa, ¡oh divino Klopstock!, y recorriendo sobre sus huellas los espacios que tú has poblado, se extraña de los milagros que le rodean y se detiene sobrecogido de espanto ¡Con qué magnificencia reúnes bajo nuestros ojos todo lo que la poesía tiene de maravilloso, lo mismo cuando nos introduces en los consejos del Altísimo en que los ángeles celebran los misterios del cielo y los querubines, penetrados de un religioso temor, agitan en su huida sus alas de oro, que cuando nos descubres las grutas tenebrosas de los infiernos, evocas, con una autoridad increíble, esos ángeles vencidos que una eterna venganza persigue con eternos tormentos, trémulos bajo sus cadenas ardientes y sus rocas calcinadas, o nos transportas al gran sacrificio del Gólgota en que el Creador del mundo se abandona a las angustias de la agonía para redimir a sus verdugos!
Vuelve á su casa como si nada hubiera ocurrido, y se sienta tranquilo á la mesa; pero no prueba manjar alguno, y su dolor reconcentrado estalla al cabo en ardientes lágrimas.
Aunque frío en la apariencia, ¿no era yo un hombre que pensaba en el bien de los demás, sin acordarse mucho de sí mismo; bondadoso, sincero, justo, y constante en sus afectos, si bien éstos no muy ardientes? ¿No era yo todo esto? Todo esto, y más, dijo Ester.
De luces coronada La sombra de los fuertes, En túmulos inertes Relucirá animada, Cual la vision fantástica Del Cristo Salvador. Las fúlgidas espadas, Las bélicas banderas, Trotones y cimeras, Y lanzas destrozadas, Cual súbito relámpago Fulmíneas brillarán. Se elevarán ardientes Atléticas legiones Al pié de sus pendones, Cuando el Omnipotente Les diga como á Lázaro: «Del polvo levantad.»
Discusiones profundas, peroraciones elocuentes y galanterías, crónica escandalosa, frivolidades y grandes cosas, delirios y negocios ligeros, y aún amores ardientes y terribles pasiones se agitan en aquel santuario bullicioso y esencialmente democrático.
Y ella no disimulaba su barbarie; por el contrario, manifestaba con graciosa sinceridad sus ardientes deseos de adquirir ciertas ideas y de aprender palabras finas y decentes. Cada instante estaba preguntando el significado de tal o cual palabra, e informándose de mil cosas comunes. No sabía lo que es el Norte y el Sur. Esto le sonaba a cosa de viento; pero nada más.
Al fin pareció quedar inmóvil, sumiéndose en los lejanos términos del horizonte solitario, en la llanura sin límites, donde le harían dormitar con las velas desmayadas las ardientes calmas diurnas; donde avanzaría de noche igual a un fantasma, rodeado de espumas fosforescentes, balanceándose la luna enorme y amarillenta entre el boscaje de su arboladura.
Sus besos ardientes se posan sobre la boca de Gertrudis. Ella ríe y llora a la vez, le coge la cabeza entre las manos, le acaricia los cabellos, apoya la mejilla del joven contra la suya, y lo besa en la frente y en los ojos. ¡Oh! ¡cuánto, cuánto te amo! ¿Eres mía? Sí, sí. ¿Me amarás siempre? ¡Siempre! ¡siempre! Y tú... no me dejarás nunca sola, como hoy... para que Martín... Se calla de golpe.
Palabra del Dia
Otros Mirando