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Actualizado: 27 de junio de 2025


Sin temor ni escrúpulo de ninguna especie, violaban las reglas de buen comportamiento á que se sometían todos los demás, fumando á las mismas narices del alguacil de la población, aunque cada bocanada de humo habría costado buena suma de reales, por vía de multa, á todo otro vecino de la ciudad, y apurando sin ningún reparo tragos de vino ó de aguardiente en frascos que sacaban de sus faltriqueras, y que ofrecían liberalmente á la asombrada multitud que los rodeaba.

La conversación quedó limitada al duque y Félix Aldea: el primero, apurando cuantos lugares comunes y frases hechas acoge la intransigencia disfrazada de moralidad, repetía los argumentos ideados por todos los que, afectando desconocer el origen de muchas faltas, son exigentes para que se les tenga por justos.

Pero llegó el día en que ni aún el sueño pudo ahuyentar mis sufrimientos; y lo más extraño del caso era que, a medida que soñaba las cosas más fantásticas y hermosas, más agudos eran los dolores que me torturaban. Se comprenderá, por lo tanto, que entonces quise huir del sueño, apurando fuertes dosis de café: y esperaba yo la muerte como una ansiada liberación.

¡Oh! no sabes lo que quieres, y el estado en que te encuentras me espanta... ¿para qué te has engalanado de ese modo? ¿para qué te has puesto tan hermosa como un ángel?... ¡pobre niña! tu alma, tu corazón, tu vida, es ese hombre, ese hombre que no puede hacerte feliz; el solo hombre á quien has amado; ¡terrible Dios, que has dado al hombre amor y caridad, sangre y lágrimas, y no le has dado poder!... ¡mañana me pedirás cuenta de lo que yo haya destruído, arrastrado por mi desesperación, y no tendrás en cuenta mi amor hacia esta infeliz, mi rabia al ver que nada puede servirla, mi dolor al mirarla anonadada, muerta, apurando la hiel más amarga que has destinado para probar á las criaturas! ¡oh! ¡yo estoy loco! ¡mi cabeza se rompe! ¡mi corazón revienta! ¡Maldito sea ese hombre! ¡maldito! ¡maldito!

Si se hubiera continuado apurando la docilidad de la naturaleza física en el mismo sentido, esta al fin se habria declarado rebelde, y las concepciones artísticas no habrian podido salir del cerebro ó de los planos de sus autores. Nuevas ideas, nuevos instintos, nuevos deseos atormentaban á la Europa moderna.

Sólo dentro del lagar de D. Félix, esclarecido por un candil, departían amigablemente cinco ó seis paisanos apurando vasos de sidra. Martinán les escanciaba.

Y se desabrochó la levitilla y la camisa, mostrando la pequeña bolsa de cuero sudada y negruzca que pendía sobre su pecho. ¡Macanas!... ¡Macanas! repitió el extranjero, apurando el resto de la botella de barro y empezando otra que acababa de traer el dueño del cafetín.

Está como Dios le ha hecho. Bebe y confórtate con él, y cuéntame luego lo que tengas que contar. Bebo al buen éxito de mis planes, contestó el Comendador, apurando el vino de su caña. Así sea, si Dios lo quiere, replicó el fraile, bebiendo también, y se dispuso á atender á don Fadrique con sus cinco sentidos. La celda no tenía mucho que llamase la atención.

Os hago feliz puesto que os hago sentir dijo Dorotea enjugándose los ojos y apurando de un trago la copa, después de lo cual tomó un pedazo de jamón y se lo llevó á la boca. Quevedo la miraba profundamente. Dorotea arrojó el bocado sobre el plato. ¡Oh! no puedo, no puedo; me mataría como si fuera un veneno.

Aquí tenéis dos sueldos por barba, que no debiera dároslos, sino dos puntapiés á cada uno; y decid á la patrona que os eche un trago, que yo pago. Todos contemplaban y oían con interés al veterano, quien apenas aplacó la sed apurando un enorme cubilete de estaño lleno de cerveza, volvió á tomar la palabra: Y ahora, á cenar, ma belle.

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