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Actualizado: 4 de mayo de 2025
Entráron ámbos en una casa sin pompa, porque las puertas no eran mas que de plata, y los techos de los aposentos de oro, pero con tan fino gusto labrados, que con los mas ricos techos podian entrar en cetejo; la antesala solamente en rubíes y esmeraldas estaba embutida, pero el órden con que estaba todo colocado resarcia esta excesiva simplicidad.
Copiaremos, por lo curiosa, una de las escenas de este drama. El duque de Osuna se encuentra en Francia, y desea conocer el teatro de esta nación. Entra en uno de los edificios destinados á este espectáculo, y se le ve en un palco aludiendo, sin duda, á los verdaderos aposentos del corral: DON PEDRO. ¿Quién duda que es gran comedia, Pues tanta gente ha venido?
Ese edificio, cuyas formas son graciosísimas, es un museo de incomparable valor, desde la entrada hasta los mas recónditos aposentos. Un artista podría vivir años en aquel santuario de primores, sin cansarse nunca, sino al contrario deleitándose con la suprema embriaguez de la admiracion.
Las del último piso se llamaban desvanes, y las inferiores inmediatas aposentos; nombre, en verdad, genérico, que á veces se aplicó también á las primeras.
No hay orquesta ni anfiteatro, y los asientos se hallan en el patio ó parterre, y en unos bancos... Antes era pública la entrada, aunque asistiera á la función el Rey; pero esta costumbre ha sido abolida, y para entrar ahora es preciso ser de un rango elevado, ó desempeñar, por lo menos, algún cargo importante, ó pertenecer á alguna de las tres órdenes militares ... Este teatro es, sin duda, muy bello: todo él está pintado y dorado, y los palcos, como en los nuestros de ópera, tienen celosías, pero desde arriba hasta abajo, de modo que son verdaderos aposentos.
Presenció el rey todas estas pruebas por unas celosías que daban en los aposentos de las sultanas, y se quedó atónito, que de sus cien mugeres las noventa y nueve se rindiéron á su presencia.
Introdúxolos en casa, con ademan de desdeñosa generosidad, un portero que parecia un gran señor, y los presentó á un criado principal, que les enseñó los aposentos de su amo. Sentáronlos al cabo de la mesa, sin que se dignara el dueño de aquel palacio de honrarlos con una mirada; pero los sirviéron, como á todos los demas, con opulencia y delicadeza.
Cuando el viento soplaba con fuerza impidiéndome estar a orillas del agua, me encerraba en el patio del lazareto, un patio pequeño y melancólico, todo él perfumado por el aroma del romero y del ajenjo silvestres, y allí, junto al lienzo de las vetustas paredes, dejábame invadir por el vago olor de abandono y de tristeza que envuelto en los rayos del sol flotaba entre los aposentos de piedra, abiertos por todas partes como tumbas antiguas.
Aquí, si había parientes esperando, empezaban los abrazos, los besos, las felicitaciones. Era propinado con algún real mal contado el cochero, y cada cual se iba por su camino, siendo costumbre tomar allí mismo, en los aposentos de la Riojana, un preámbulo estomacal para poder subir la calle de Atocha, que era entonces algo más inaccesible que ahora.
Bancos. Bancos del patio. Patio. Aposentos de cazuela. El 20 de abril de 1687 se trasladó la familia Real al palacio del Buen Retiro, y hasta el 25 de mayo, y por las compañías de Damián y de Agustín Manuel, se representaron las comedias siguientes: Abril 22 y 23. Montescos y Capuletes. Idem 24. Troya abrasada. Idem 25 hasta el 28. Jerusalén destruída. Idem 29 y 30. A un tiempo Rey y vasallo.
Palabra del Dia
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