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Actualizado: 4 de junio de 2025


Debajo de los aposentos había una serie de asientos en semicírculo, que se llamaban gradas, y delante de éstas el patio, espacioso y descubierto, desde donde las gentes de la clase más ínfima veían de pie el espectáculo.

Aviraneta meditaba, la mejilla apoyada en la mano. A cada instante se oían los pasos de los que subían por la escalera 7, y como esta era endeble y estaba tan cerca de las cabezas de los tres sujetos, parecía que se les venía la casa encima siempre que un patriota se encaramaba a los aposentos altos.

Los rebeldes sacan á Ninias de su prisión, y lo proclaman Rey. La afligida Semíramis se retira á los aposentos más escondidos de su palacio; el joven Rey no hace caso de los favoritos de su madre, y, sobre todo, del más influyente, del almirante Frixo, y distribuye entre sus sectarios los cargos más importantes.

Somos gente que comemos un puerro y representamos un capón: entrará uno a visitarnos en nuestras casas y hallará nuestros aposentos llenos de huesos de carnero y aves, mondaduras de frutas, la puerta embarazada con plumas y pellejos de gazapos; todo lo cual cogemos de parte de noche por el pueblo, para honrarnos con ello de día.

Fisgona impenitente, no había castigo que la curase de la pasión de arrimar, ora el ojo, ora el oído, a todas las rendijas y cerraduras de los aposentos; y, a creerla por su palabra, ¡qué cosas veía y escuchaba en aquellos vedados interiores!

Las sobrinitas ocupaban los aposentos de las hijas ausentes; el de Emma no volvió a ser habitado, pero se entraba en él cuando hacía falta . Las muchachas animaban por algunas semanas con el ruido de mejores días aquellas salas y pasillos, alcobas y gabinetes, demasiado grandes y tristes cuando estaban desiertos.

La alcoba de los pollos se comunicaba con habitaciones de servicio, y le seguían dos grandes piezas que Jacinta destinaba a los niños... cuando Dios se los diera. Hallábanse amuebladas con lo que iba sobrando de los aposentos que se ponían de nuevo, y su aspecto era por demás heterogéneo.

Las flores de mis aposentos se marchitan y nadie las renueva; la luz me parece una antorcha fúnebre, y cuando mis amadas vienen envueltas en la blancura de sus peinadores a acostarse en mi lecho, lloro, como si viera la legión amortajada de mis alegrías muertas. Me siento morir. Tengo ya hecho mi testamento. En él lego mis millones al Diablo, le pertenecen; él que los reclame y los reparta.

Metióse sesenta huevos. ¡No vi tal en mi vida! Dijo que se iba a acostar. Dormimos todos en una sala, con otra gente que estaba allí, porque los aposentos estaban tomados para otros. Acostámonos; el padre se persignó, y nosotros nos santiguamos de él; durmió, y yo estuve desvelado, trazando cómo quitarle el dinero.

Los mismos frailes no se desdeñaban de pasar horas enteras en su tienda, ya á la vista del público, ya en los aposentos del interior en agradable sociedad... Aquella noche, pues, la sala presentaba un aspecto curioso.

Palabra del Dia

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