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Semíramis, mientras tanto, ha formado en su soledad el plan más temerario para recuperar de nuevo el mando. Ninias es tan semejante á ella en facciones y en cuerpo, que, con traje de hombre, puede confundirse con él.

Semíramis pasa por encima de su cadáver, por mandar sola, y encierra en la cárcel á su hijo Ninias, quedándose señora y soberana única de inmensas regiones.

Los rebeldes sacan á Ninias de su prisión, y lo proclaman Rey. La afligida Semíramis se retira á los aposentos más escondidos de su palacio; el joven Rey no hace caso de los favoritos de su madre, y, sobre todo, del más influyente, del almirante Frixo, y distribuye entre sus sectarios los cargos más importantes.

El imperio se ve en el mayor peligro; el pueblo comprende que sólo su gran Reina podrá salvarlo, y se precipita en el aposento, en donde yace escondida, pero en su lugar, y con admiración de todos, se presenta Ninias, á quien se creía muerto.

Con ayuda, pues, de Frixo, se desliza de noche en la alcoba de su hijo, lo arranca de allí y lo encierra en un lugar alejado del palacio real; se pone sus ropas y gobierna como si fuese Ninias, ignorándolo todos menos Frixo.

Anúlanse entonces muchos actos del gobierno del Rey; sus favoritos caen en desgracia; el falso Ninias ofrece la esposa prometida del verdadero á su auxiliar Frixo, que la pretende; la confusión es completa; las leyes del espíritu humano que siempre han regido al mundo, se muestran entonces trastornadas, y sólo Frixo comprende la razón del laberinto en que toda la corte se pierde . Por último, estalla nueva guerra con los pueblos inmediatos, y Semíramis perece en la contienda.

Esos cambios de papeles entre la Reina y Ninias, y ese juego mágico que es su consecuencia, con sus disfraces y cambios, pueden llamarse cómicos, si se tiene cuidado en añadir que las escenas cómicas son de lo más ingenioso que se ha escrito jamás, y que, en las vicisitudes de estos suplicantes agradecidos y favoritos, se revela el espíritu de observación más profunda y la sabiduría más perspicaz.» K. Immermann.