United States or Tuvalu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Immermann refiere, que á los habitantes de Dusseldorf entusiasmaba sobremanera el juego de máquinas de El Mágico prodigioso, haciendo presumir este hecho, que, por igual razón, acontecería lo propio á otros muchos dramas españoles, contentando á la vez á los aficionados á la verdadera poesía, y llevando insensiblemente al pueblo al buen camino, sólo por contemporizar con sus gustos y aficiones.

Si no han sido representadas como algunas otras de nuestros mejores dramáticos, por ejemplo de Immermann , cúlpese á nuestros empresarios teatrales, que con su continua representación de plagios y rapiñas insubstanciales, nacionales y extranjeras, no parecen haberse propuesto otro fin que acabar para siempre con el buen gusto, y matar todo sentimiento poético.

Augusto, conde de Platen Hallermünde, nació en 1796 en Ausbach, vivió casi siempre en Italia, desde 1826, y murió en Siracusa en 1835. Carlos Leberech Immermann nació en Magdeburgo en 1796, y murió en Dusseldorf en 1840, autor también de una novela satírica, titulada Münch hausen. La historia de esta traducción es la siguiente.

El Príncipe Constante excitó en Weimar tan general entusiasmo, que, según dice un testigo presencial, el público no se cansaba de admirarlo; Immermann afirma, en sus Cosas memorables, que al representar su Mágico prodigioso, hasta en el vulgo hizo, en Dusseldorff, efecto extraordinario; La hija del Aire fué aplaudida en el mismo teatro en su forma primitiva, y en otras ciudades lo fué un arreglo moderno de esta comedia, no poco defectuoso; Doña Diana, El Médico de su honra, El Secreto á voces, La Vida es sueño y La Estrella de Sevilla fueron largo tiempo comedias favoritas del público alemán, y son todavía en algunos lugares rayos brillantes de luz, que alumbran aquí y allí el mundo, digno de lástima, del teatro.

Ya que se da tanto crédito á la opinión de algunas autoridades en la materia, recordaré, para combatir esta opinión, que habiendo asistido Goethe á la representación de El Príncipe Constante, poco después de traducido por Schlegel, declaró que el teatro alemán conquistaría con el estudio de Calderón terrenos completamente nuevos, que Immermann le apellidó poeta dramático par excellence, esto es, el dramático que, en grado superior á todos, había juntado á la poesía más vigorosa y elevada la mayor habilidad técnica, y el dominio más perfecto de las tablas.

Esos cambios de papeles entre la Reina y Ninias, y ese juego mágico que es su consecuencia, con sus disfraces y cambios, pueden llamarse cómicos, si se tiene cuidado en añadir que las escenas cómicas son de lo más ingenioso que se ha escrito jamás, y que, en las vicisitudes de estos suplicantes agradecidos y favoritos, se revela el espíritu de observación más profunda y la sabiduría más perspicaz.» K. Immermann.