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Actualizado: 16 de mayo de 2025


¡Adiós, doña Catalina! mañana iré á veros... si no me encierran. ¡Adiós! ¡Adiós! ¡Oh, Dios mío! murmuró la condesa alejándose entre las tinieblas , creo que no me pesa de haberle encontrado. ¿Amaré yo á Quevedo? Entre tanto, Quevedo, adelantando en dirección opuesta, murmuraba: Capítulo VI. De cómo no hay virtud estando obscuro.

Aquella palabra, Ormessón, pareció despertar en ella una serie de recuerdos debilitados ya; siguió atentamente con la vista la dilatada avenida plantada de olmos, todos torcidos hacia el mismo lado por los vientos de la parte del mar, y sobre la cuál se cruzaban muy distantes aún, carromatos que rodaban, los unos acercándose a Villanueva y alejándose los otros.

La música aquella le retozaba en la epidermis, haciéndola estremecer con un sentimiento indefinible que no podía expresarse sino llorando. «Yo debo de ser muy bruta pensó, alejándose , porque me gusta más esta música de los pianitos de la calle que la pieza que toca Olimpia, y que dicen que es cosa tan buena. A me parece que, cuando la oigo, me aporrean los oídos con la mano del almirez».

Así, notaba con admiracion que las culebras cambiaban de actitud, agitándose ó adormeciéndose, mirando con mansedumbre, con desconfianza ó con ira, alejándose ó acercándose, escondiéndose ó descubriéndose mas ó menos, según la diferente impresion que les producía la presencia ó la mirada, el olor, la voz ó la fisonomía de los concurrentes.

Todos contra él; únicamente le quedaba Pep con su familia, pero éstos acabarían alejándose igualmente, a impulsos de la necesidad de vivir bien con sus vecinos. El forastero no intentaba rebelarse contra su suerte. Sentíase arrepentido, avergonzado de la acometividad de la noche anterior y de su reciente excursión a la montaña. Para él no había sitio en la isla.

Se despegó el vaporcito, alejándose con violento y grotesco cabeceo, semejante a los traspiés de un beodo. El Goethe, con el práctico en el puente, aceleró su marcha, poniendo la proa rectamente a Montevideo. Empezaron a surgir rosarios de luces entre las masas de sombra de la costa.

La salida y la puesta del Sol habrían ido alejándose del este y del oeste hacia el norte; pero su altura meridiana hubiera disminuido primeramente hasta el solsticio de junio para aumentar desde junio al equinoccio de setiembre, siendo siempre los días más cortos que las noches.

El griego le contestó con un mugido de mal humor, alejándose luego de hacer una reverencia á la duquesa casi igual á las que había visto en el teatro. Aunque apenas sabía leer, estaba enterado de cómo hay que tratar á una dama que declara la guerra. Las doce de la noche. Cesó el juego en las mesas de ruleta y «treinta y cuarenta». El público se fué aglomerando en la sala del baccará.

La joven hizo un movimiento de sorpresa, alejándose de él. No te separes, no me temas. Ni yo soy un hombre, ni eres ya una mujer. Has sufrido mucho, has dicho adiós a las alegrías de la tierra, eres fuerte por el infortunio y puedes mirar cara a cara a la verdad. Somos dos náufragos de la vida: sólo nos resta esperar y morir en el islote que nos sirve de refugio.

Pero nosotros vamos río abajo, inertes y sin fuerzas; si avanzamos, es por la corriente, no por nuestro vigor, mientras otros pueblos más fuertes nadan y nadan, alejándose cada vez más. ¿En qué hemos contribuido a este progreso? ¿Dónde están nuestras manifestaciones de vida moderna?

Palabra del Dia

hociquea

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