Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de julio de 2025


El que iba delante era un ser raquítico y deforme, cuyos alborotados cabellos rojos aumentaban el volumen de una cabeza enorme; cruel y torva la mirada de los húmedos ojos, parecía lleno de terror y tenía en la mano un pequeño crucifijo que alzaba en alto, como mostrándolo á todos los pasantes.

Al arma un dia se toca: alborotados A todos los vereis, porque asomaban El piloto mayor y los soldados, Que la nave sin guarda la dejaban. A todos los vereis amedrentados, Las damas y doncellas lamentaban, Los hombres desmayados, suspirando Andaban por la plaza divagando.

Y del Espíritu Santo prosiguió el padre; apéense y hablaremos. Aquí empezaron a aparecer algunos facciosos y alborotados, con un Carlos V cada uno en el sombrero por escarapela. Nada entendía a todo esto el francés del diálogo; pero bien presumía que podía ser negocio de puertas.

Arreció la lluvia, y el absorbedero deglutaba ya una onda gruesa que hacía gargarismos y bascas al chocar con las paredes de aquel gaznate... Jacinta echó a correr hacia la casa y subió. Los nervios se le pusieron tan alborotados y el corazón tan oprimido, que sus suegros y su marido la creyeron enferma; y sufrió toda la noche la molestia indecible de oír constantemente el miiii del absorbedero.

Sacudió su vestido para hacer desaparecer las arrugas de la lucha con la terrible chiquillería y se pasó un peine por los pelos alborotados. En el horizonte, una columna de nubes, blanca y luminosa, descendió del cielo hasta posarse en la tierra. Empezó á sonar un ruido de alas innumerables, acompañado por las voces de un coro inmenso, cuyos «¡hosannarepercutieron á través del espacio infinito.

Las sedas, los rasos, la grata comodidad de los muebles, cuyas curvas incitaban a la voluptuosidad, la satisfacción de aprovecharlo todo, siendo ajeno, y la presencia de aquella mujer, que aunque ordinaria parecía una figura de Rubens, le tenían extático, suspenso el espíritu y alborotados los sentidos.

Todos los sobrinitos estaban alborotados, inconsolables, y en cuanto la vieron entrar corrieron hacia ella pidiendo justicia. ¡Vaya con lo que había hecho Juanín!... ¡Ahí era nada en gracia de Dios! Empezó por arrancarles la cabeza a las figuras del nacimiento... y lo peor era que se reía al hacerlo, como si fuera una gracia. ¡Vaya una gracia! Era un sinvergüenza, un desalmado, un asesino.

I así para sosegar los ánimos de los que andaban alborotados con la mucha libertad que tenian los judíos, así de los cristianos nuevos como de los contumaces aun de su lei, dispuso en las Córtes celebradas en Toledo el año de 1480 que todos los observantes de la lei de Moisés viviesen apartados de los que guardaban la de Cristo, i que trajesen las señales prevenidas por las antiguas ordenanzas.

Fray Miguel no veía ni se forjaba en la mente un campeón que todo lo dirigiese y que se llevase la palma. Por bajo del pueblo estaban o surgían todos los campeones. Alborotados los reinos de Castilla y Valencia por las comunidades y germanías, allá en su pensar sigiloso Fray Miguel no estimaba mucho al joven, extranjero y ausente Emperador.

Que allí entregó la carta al soldado Ramírez; que éste pasó con ella disfrazado de indio á la del cacique, llamado Limay, ocho leguas mas adentro, y que de allí dió la carta al indio, nombrado Quaripangui, para entregarla á los españoles que distan diez leguas hácia la Cordillera: obligandose, en fuerza de lo que se le gratificaba, á volver con la respuesta dentro de un mes, añadiendo el soldado haberse visto en grande peligro, á causa de un grande trozo de indios que llegaron á lo del citado cacique Limay, con el fin de quitarle la vida, porque sabian ser su solicitud el descubrimiento de los españoles, segun lo que habia dicho otro soldado, nombrado Marcelo Silva, al cacique Pallaturreo, y otros, y que todos estaban alborotados con este motivo.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando