Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 20 de junio de 2025
«¡Diez mil reales! murmuró Rosalía mirando al suelo y contando las sílabas como si fueran monedas . Con la quinta parte tendría yo bastante». Diga usted; D. Francisco... indicó Milagros con animación, dando a entender que el bendito Bringas debía de tener ahorros. ¡Cállese usted por Dios! Si mi marido supiera... replicó la otra aterrorizada . Estas cosas le sacan de quicio. ¿Y Cándida?...
Las mujeres somos bestias cuando nos vemos solas en un país extranjero y sentimos la necesidad de un verdadero amigo... Todos los sábados irás al Banco Francés para depositar tus ahorros. O mejor aún, los giras directamente a Francia.
Era la fuga del banquero Morte copiada en miniatura. Además, se hablaba de que el señor Cuadros había comprometido en su ruina los ahorros de don Eugenio, confiados a su custodia, y todos se compadecían del pobre viejo. Podían esperar sentados los acreedores de Cuadros a que éste volviese.
D. Acisclo, hasta para lo práctico, y de hoy, sin pensar en mañana, vale más mi sistema que el de V. ¿Qué se logra con dar empleos a trochi-moche? El distrito no se enriquece por eso. Los naturales de él que salen empleados se gastan fuera lo que cobran. Raro es el que vuelve al distrito a gastarse en él lo que ahorra o garbea. A menudo los tales ahorros no lucen ni parecen.
No pude refrenar mi deseo de volver a mi patria. Desde Lisboa fui a Sevilla y a Cádiz. Mi antiguo confesor, el Padre García, había hecho algunos ahorros y había heredado también a un hermano suyo que se había enriquecido. Harto el Padre de rodar por el mundo, vivía retirado en el lugar de su nacimiento, no lejos de Sevilla. Le anuncié mi llegada y él vino a verme.
Alguien del comité había insinuado la idea de ahorcarlo, como ejemplo tangible y medio seguro de reembolsarse, a costa de su bolsillo, de las sumas que les había ganado. No es justo decía Simón Velero dejar que ese joven de Campo Rodrigo, extranjero por sus cuatro costados, se lleve nuestros ahorros.
Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros, pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las primeras clases de enseñanza.
Hice un lío con la poca ropa que tenía; saqué hasta treinta reales, que eran todos mis ahorros, del escondrijo donde los ocultaba, antes del amanecer tomé a campo traviesa el camino de Madrid, y aquí entré por la carretera de Extremadura y la calle de Segovia. Han pasado siete años, y me acuerdo como si hubiese sido esta mañana. ¿Y dónde fuiste? A casa de mi tío Manuel.
Habían dudado un poco antes de entregar sus ahorros, pero ahora sentían una dulce confianza pensando que quedaban arriba, en manos de un hombre a quien todos los días nombraban los periódicos con los títulos de «acaudalado y filantrópico banquero». La vela del Corpus, con sus anchas listas azules y blancas, sombreaba desde los altos mástiles la plaza de la Virgen.
Aquellas bocas que se abrían para tragarse los escasos ahorros de la familia quedarían sin alimento si lo de fuera llegaba á secarse. ¿Y todo por qué? Por la injusticia de los hombres, porque hay leyes para molestar á los trabajadores honrados.... No debía pasar por ello.
Palabra del Dia
Otros Mirando