Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de mayo de 2025


Con mucho sobresalto volvió Poldy la cara y vio apoyado en el respaldar de su silla a su hermano Enrique, con su facha de duende maligno, que se reía a casquillo quitado. De ordinario era Poldy apacible y afectuosa con todas las gentes y singularmente con su enfermizo hermano, para quien no tenía palabra mala.

Casi tocando con la silla de mi mujer, estaba sentado un viejo militar, de una gran talla, con cabello muy blanco y una de las barbas más venerables que en mi vida he visto. Nos oyó hablar, y nos dirigió en el acto la palabra, con ese aire de jovialidad afectuosa con que tratamos á un individuo de nuestra familia. Hablaba en castellano, de un modo violento; pero que se dejaba comprender.

Y no porque yo me valga de rodeos y perífrasis, sino porque quizás á causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas condeno á nadie y hallo disculpa para todo.

¡Quita allá, zalamera! repuso él dándole una palmadita afectuosa en la cara y apartándose. No entres todavía respondió ella tirándole de la manga de la chaqueta. ¿Va á ser todo ahora? ¡Deja algo para luego! Y con una leve sacudida se zafó, empujó la puerta y entró en el pequeño compartimento.

En aquel instante trajeron al señor de Morel y á Roger sus caballos, así como los de Duguesclín y su esposa, abandonados por los villanos en su precipitada fuga. La despedida de los dos guerreros fué por manera afectuosa.

Le aseguro a usted continuó Francisco que siento por la persona de que hablamos, una muy afectuosa estimación, pero que no pienso ni en hacerle la corte, ni en casarme con ella... Ya ve usted que le hablo con toda franqueza; tenga usted conmigo un poco de confianza y contésteme: ¿está usted enamorado?

No tengais cuidado, mis queridos lectores. Mi curiosidad, mi impaciencia por esa pobre desconocida, es una impaciencia afectuosa y cristiana. Mi mujer leyó un rato, y se acostó. Yo escribo hasta las tres de la mañana, aunque no quiero terminar, con perdon de mis párpados que se cierran, sin dar cuenta al lector de un chiste agudísimo que en el figon, á uno de los menestrales que allí comian.

Había llegado misteriosamente, cargando él mismo con su maleta, sangrando, sombrío y muy abatido. Con la libre y afectuosa hospitalidad filipina, acogióle el clérigo sin permitirse indiscreciones, y como los acontecimientos de Manila no habían llegado aun á sus oidos, no se esplicaba claramente aquella situacion.

No había nadie que la auxiliase. No había siquiera agua. Alzó la cabeza del joven, la puso sobre su regazo, le dió aire con su sombrero y le hizo oler un pomito con perfume que traía. Al cabo de pocos minutos abrió los ojos: no tardó en ponerse en pie. Estaba avergonzado de su flaqueza. Clementina se mostraba con él afectuosa y compasiva.

¡Buena falta le hace! dice Juan con voz tierna, siguiendo a su hermano con una mirada afectuosa. Querría ahogar el sentimiento que lo atormenta y que se despierta en él a la vista de Martín. Ha llegado la tarde... La multitud está bañada por un resplandor purpurino. Un rosado crepúsculo envuelve la llanura y el bosque.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando