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En lo que ahora piensas, juzgas, preves, conjeturas, ¿obras quizas bajo el imperio de alguna impresion reciente, que trastornando tus ideas, te muestra trastornados los objetos? pocos dias, ó pocos momentos ántes, ¿pensabas de esta manera? ¿Desde auándo has modificado tus opiniones? ¿No es desde que un suceso agradable ó desagradable, favorable ó adverso, han cambiado tu situacion? ¿Te has ilustrado mas sobre la materia, has adquirido nuevos datos, ó tienes tan solo nuevos intereses? ¿Qué es lo que ha sobrevenido, razones ó deseos?

Este era el elemento que el célebre Artigas ponía en movimiento; instrumento ciego, pero lleno de vida, de instintos hostiles a la civilización europea y a toda organización regular; adverso a la monarquía como a la república, porque ambas venían de la ciudad y traían aparejado un orden y la consagración de la autoridad.

¡Oh España, de sin par ejecutoria, que a tu cabeza unciste el Universo: del sol de tu poder radiante y terso hoy sólo queda pálida memoria! Más, ya hundida la torre de tu historia bajo las olas de un olvido adverso, aún repica sonora como el verso la campana gloriosa de tal gloria. En el templo ideal del alma humana es tu lenguaje esa inmortal campana; y es de su voz el eco soberano

«¡A estas horas! ¡Las once de la mañana! ¡Qué elegancia! ¡qué distinciónpensaban los dependientes a quienes el hado adverso obligaba a levantarse de la cama a las seis todos los días.

Estas dos fuerzas habían llegado a su más alto punto de desenvolvimiento, y sólo una palabra se necesitaba para trabar la lucha, y ya que el partido revolucionario se llamaba unitario, no había inconveniente para que el partido adverso adoptase la denominación de federal, sin comprenderla.

Mi distinguida y muy respetable amiga: Escribo a usted afligida por el resultado adverso de las gestiones a que me comprometí cuando tuvo usted la benevolencia de honrarme con su visita.

La misma inquieta hipocresía de que la baronesa acababa de darle transparente testimonio, decía claro a Beatriz cuánto sospechaba la vieja dama acerca de las intenciones de su sobrino y cuánta rosada esperanza podía ella abrigar en su pecho... Y, sin embargo, ahora más que nunca se encontraba amarrada a su adverso destino, ya que no sólo había empeñado su leal palabra a la de Montauron, que también teñía Beatriz en sus amantes manos la suerte o la total ruina del hombre de sus predilecciones, porque conocía demasiado la huérfana a la baronesa para poner un solo instante en duda que, si Pedro se casaba contra la voluntad de su orgullosa tía, no dejaría ésta por motivo alguno de poner en práctica sus fulminantes amenazas; así, pues, veíase la joven sin ventura reducida a temer lo que anhelado había más en la vida, y ante el temor de verse expuesta, a prueba superior a sus fuerzas, rogaba al Cielo que su elegido jamás llegase a amarla.

Con esto, sin embargo, poco ó nada adelantaban los miles de negros, analfabetos en su inmensa mayoría, que seguían las inspiraciones del audaz jefe racista: esos desventurados, no obstante su ignorancia, se daban cuenta de que la derogación de la Ley Morúa ningún beneficio directo habría de reportarles: individual y colectivamente, ellos continuarían siendo los más humildes, los más desgraciados, los más perseguidos por el destino adverso.

Y como si todavía hubiese podido deslizarse en aquella absoluta carencia de realidades algún error ilusorio, el viajero, rascándose a veces un momento con el extremo del lápiz la ancha y hermosa frente, prosiguió trazando guarismos y haciendo cálculos, hasta tirar otra raya horizontal, derecha, negra e inflexible como un destino adverso, por debajo de la cual apareció esta vez algo menos que cero, una cantidad negativa, una deuda formidable, que era, sin duda alguna, la única realidad con que aquel hombre contaba en el mundo: ¡¡150.000 duros al 15 por 100!!...

El naufragar o arribar a buen puerto depende entonces, no de la seguridad de nuestra brújula, sino del hado favorable o adverso, independiente de nuestra voluntad y de nuestra orientación reflexiva. A los diez y ocho o veinte años la mujer se impresiona fácilmente. Pero esta impresión suele ser fugaz, versátil, inconsciente.