Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 10 de julio de 2025
Primeramente un largo relato de los bienes que aún poseía Jaime antes de partir de Mallorca, esclavos de toda clase de gravámenes e hipotecas; luego una lista de sus acreedores, que era mayor que la de los bienes, seguida de una relación de intereses y obligaciones, enmarañada red en la que se perdía la memoria de Febrer, pero por en medio de la cual caminaba Valls rectamente, con la seguridad de los de su raza para desentrañar los más confusos negocios.
Por otra parte, mi licencia está por terminar y tengo que volver a Berlín. Le pregunto si no podría conseguir una prórroga, pero bien veo que no la quiere: «Echa de menos el círculo...» Todos sabemos lo que es eso. Y, además, tiene que vender sus muebles y que arreglarse con sus acreedores. Vete, pues le digo; y Dios te acompañe, hijo mío.
El Marqués supo por Joaquina esta resolución de la Condesa; y, cuando acosado por los acreedores, embargado y vendido cuanto poseía a fin de pagar sus deudas, tuvo que retirarse a este lugar, me dejó escrita la carta que he hecho entregar a V. para que me sirviera de introducción. La carta, hasta que ocurriese el caso hipotético que se preveía, había de estar en mi poder sin que nadie lo supiese.
Desde la isla metrópoli tomaban vuelo, lanzándose lo mismo que pájaros de presa sobre distintas partes de las Indias misteriosas con mayor éxito que don Alonso, desgraciado como todo precursor. Los únicos que se acordaban de él eran los acreedores, para sus pleitos y procesos, y los muchos enemigos, a los que había ofendido con altiveces y pendencias.
Al cabo dijo sonriendo con amargura: Tú quieres mucho a Clementina, ¿verdad?... Pues mira; lo mejor que puedes hacer para darle un alegrón es reventar cuanto más antes. El pobre Osorio está con el agua al cuello. Ahora me explico por qué sus acreedores no acaban de tragárselo.
Torrebianca les interrumpió con palabras de desaliento, como si juzgase imposible la realización del plan de su amigo. Para marcharnos, necesitamos pagar antes lo que debemos. ¿Dónde encontrar dinero?... Su esposa volvió á reir, haciendo al mismo tiempo gestos de estrañeza. ¡Pagar!... ¿Quién piensa en eso? Los acreedores esperarán.
Por lo que se refiere á las bajas sufridas en combate, pocas fueron, relativamente; pero de todos modos los cuarentisiete valientes que derramaron su sangre por la república y la paz, son mil veces acreedores á la gratitud eterna de todos los cubanos. He aquí una relación completa de las bajas de la campaña.
Aquella casa ilustre y poderosa llegó al extremo de la ruina con la muerte del Marqués; los acreedores embargaron sin respetar los preclaros timbres de la familia, y después de liquidadas las cuentas é inventariados los bienes muebles é inmuebles, no les quedó á los herederos sino una miseria.
Y misia Casilda, recordando a la de Barrientos, contestaba que, efectivamente, muchas veces los mejores amigos son los primeros en dar el esquinazo, y que vale más dirigirse a los extraños; pues, por dejar de pedir no quedaría, y si el medio supremo, el suyo, no resultaba, se hipotecaría la finquita o se vendería: con el producto bien podía pagarse al señor Portas y a alguno de los demás acreedores, pues si la casa, vieja, no valía gran cosa, el terreno, por el sitio, valía mucho.
Títulos ambos, repuse, que los hacen igualmente acreedores a toda mi estimación. Uno tras otro se adelantaron y besaron mi mano. De Gautet, un sujeto alto, delgado, de erizados cabellos y retorcido bigote. El belga Bersonín, personaje grueso, de mediana estatura y calvo, aunque no contaba mucho más de treinta años.
Palabra del Dia
Otros Mirando