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Escena superflua, en que Carlino se chancea con el criado de Cornágoras; el loco doctor viene también, riñe á su servidor, que es un perfecto imbécil, y sólo sirve para excitar la risa con su endiablada jerigonza. «¡ exclama, ya quién eres, traidor!

Razonte y su criado Carlino, que es el gracioso, alcanzan nadando la Sierra, por haberse ido á pique, en una tempestad, el buque que los traía; los pescadores de la costa los acogen hospitalariamente, y son llevados á la casa de un rico molinero, llamado Butrago, en la cual permanecen muchos días.

CARLINO. Tiene voz de trueno. ¿Quisiérais, bondadoso señor Razonte, tirarle al suelo ó sujetarle las manos? RAZONTE. ¡Cobarde! BEATRIZ. ¿Es posible, Aquiles? CARLINO. No veo otro recurso que darle el golpe de gracia; si no, me mata. ¡Toma! H

Cuando érais ratona no estábais tan flaca como ahora. Sólo habéis conservado el color pardo de vuestro cutis. ; ¡ya te conozco! ¡ eres Aquiles!! BEATRIZ. ¿Es posible? ¡Aquiles! ¡Cuántos hombres grandes contemplo en este día! CARLINO. ¿Cómo? ¡El diablo me lleve! ¿Yo Aquiles? Pero ¿quién era Aquiles? ¿No fué un Emperador romano? Jornada tercera.

Razonte sufre mil importunidades de Aldonza, sobrina de su huésped, pero guarda fidelidad á su Angélica. Carlino busca á un judío para empeñar unos diamantes que su señor ha salvado del naufragio, y de paso intenta convertir al descreído. Los dos náufragos prosiguen su viaje á Madrid; Aldonza se queda desconsolada, aconsejándole Butrago que nunca ofrezca su corazón á gentes principales.

5 La hermosura y la desdicha, de D. Francisco de Rojas. 6 A lo que obliga el desdén, de D. Francisco de Rojas. 7 Celos son bien y ventura, del Dr. Felipe Godínez. 8 La confusión de Hungría, del Dr. Mira de Mescua. 9 El sitio de Olivenza, de un ingenio de esta corte. 10 Empezar á ser amigos, de D. Agustín Moreto. 11 El Doctor Carlino, de D. Antonio de Solís.

Este cambio de carácter en Aquiles admira á todos, pero no por esto se decide á pelear con su émulo, habiéndolo ya vencido en Troya. BEATRIZ. ¡A él, valeroso Aquiles! CARLINO. ¡Calla, lengua ponzoñosa! RAZONTE. ¡Desenvaina tu espada! CARLINO. ¡Sudo de miedo por todos mis poros! H

RAZONTE. Más humana ¡oh cruel Elena! fuiste antes conmigo; antes no preferías á Héctor. BEATRIZ. ¡Cielos! ¿qué oigo? CARLINO. ¡No dudes ya; éste es Paris, en cuerpo y alma! BEATRIZ. Paris, amante mío, ¿eres verdaderamente? ¡! ¡Ya te reconozco! ¿Por qué me has tenido engañada tanto tiempo? RAZONTE. Para espiarte tranquilo.

CARLINO. ¡Sujétalo bien, Mysón!... ¡Ah, bellaco; ahora verás quién soy! ¡Muerte y asesinato! H

11 El veneno en la guirnalda y la triaca en la fuente, fiesta que se representó á SS. MM., de D. Melchor Fernández de León. 12 El marqués de Cigarral, de D. Alonso del Castillo Solorzano. Comedias de D. Antonio de Solís. 1 Triunfos de amor y fortuna, con loa y entremeses. 2 Euridice y Orfeo. 3 El amor al uso. 4 El alcázar del secreto. 5 Las amazonas. 6 El Doctor Carlino.