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Cuando llegase el momento decisivo, los rebeldes no tendrían mas que penetrar en los olvidados museos universitarios que guardaban cantidades enormes de material de guerra perteneciente á una historia remota. Estos museos de industria retrospectiva iban á convertirse en arsenales inmediatamente, dando á sus poseedores el dominio del país, como los rayos negros lo habían dado á las mujeres.

A fin de facilitar el buen resultado de la empresa, fué autorizado Bolívar á tomar en los arsenales de Cartagena algunos cañones y cuanto al intento necesitare; pero el jefe que mandaba en aquella plaza se negó á ello, y entonces se vió en el caso de sitiar á sus mismos coreligionarios.

Veredas abiertas bajo las copas de árboles frondosos, dilatadas llanuras en que vereis ondear las mieses al soplo de las brisas, yermos en que podreis contemplar el mar por entre bosques de sombríos pinos, rios en cuyas orillas pacen innumerables rebaños y estan sentados pueblos risueños y pintorescos á la sombra de los naranjos, mares cuyas playas estan ocupadas por puertos y arsenales de antigua nombradía os conducirán á estas ciudades notables por sus monumentos; y admirareis alternativamente aqui la mano del hombre amontonando piedra sobre piedra, cortándola, cincelándola, dándole significacion, pensamiento, vida; alli la mano de Dios dirigiendo el curso de los rios y deteniendo las olas del Océano, cubriendo de vegetacion campos y colinas, haciendo brotar bosques hasta en el fondo de los arenales, prestando al viajero árboles que le defienden contra los ardores del verano y al marino puertos que le salven del furor de las borrascas.

Lo mismo la tienda de Graells que la de la Morana y el Saloncillo, se transformaban al llegar la noche en verdaderos arsenales. Cada uno de los que iban llegando dejaba arrimadas a la pared sus armas y pertrechos de guerra. Al salir tornaban a empuñarlas con un valor impávido, digno de la sangre cántabra que casi todos llevaban en las venas.

En la biblioteca de Viena, los filósofos, sabios y escritores de todos los climas y lenguas, hermanos, por el parentesco del alma, viven reunidos y en paz: allí está el mejor árbol genealógico posible del humano linaje; esos son los establecimientos que yo visito con placer y predileccion: nunca, en ningun pais, he procurado ver las armerías, arsenales de instrumentos de muerte que nada bueno pueden decir; las bibliotecas honran una nacion; yo así lo creo; y haciendo un punto á mis involuntarias reflexiones, digamos algo de la biblioteca de Viena.

Fué él en los arsenales del desierto, cuando pasamos por el Canal de Suez; adelantándose en la proa de un barco mercante, cuando entramos en Malta, resbalando sobre las rosadas montañas de Sicilia y emergiendo de los mares que cercan el Peñón de Gibraltar.

La marina de guerra, que fué un dia la primera de Europa, y que hace veinte años se hallaba en un lamentable estado de postracion y abandono, se fomenta y engrandece extraordinariamente en nuestros dias. Las construcciones de buques de guerra ocupan hoy nuestros arsenales, y cada año se aumenta nuestra armada, que muy pronto será respetable y numerosa.

Así, en unas cuantas horas volaron todos los arsenales, polvorines y depósitos de municiones existentes en nuestro país. Aquí, en la capital, el gobierno de los hombres, asustado por esta revolución catastrófica, intentó apresar al Comité feminista. Toda la guarnición marchó al asalto de nuestro Club. ¡Esfuerzo inútil!

Había pasado al puerto militar, estrecha ría que se retuerce por el interior de la ciudad, partiéndola en dos. Un gran puente giratorio ponía en comunicación ambas orillas, orladas de vastas construcciones y altas chimeneas: talleres de la marina, depósitos, arsenales, diques secos para la limpieza de los buques. Los remolcadores movían continuamente su agua verde y fangosa.

Eran pocos para apoderarse de la enorme ciudad, pero secuestraron á sus habitantes ricos, quemaron sus arsenales, pasaron á cuchillo guarniciones enteras, vengándose ferozmente de la crueldad de sus enemigos. Al fin, el hambre les obligaba á alejarse. En dos años habían devorado todos los recursos del país.