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Actualizado: 18 de mayo de 2025


¡Oh! ¡excelentísimo señor! No os equivocáis; soy... el duque de Lerma. ¡Ah! exclamó el alcalde ; perdonad, señor, pero me habían dicho que en esta casa se había cometido un asesinato á instigación de... ¿De quién? ¿Me exige vuecencia que rompa el sigilo del proceso? Os lo mando.

Mucho me pesaría replicó Juanita de que hiciese tal cosa; pero en esta nueva ocasión no sería eso lo que él haría, sino algo que yo lamentaría mil veces más. Yo quiero que él y vuecencia, a quien debe él tantos favores, sigan siendo buenos amigos. Para ello es indispensable que se reporte vuecencia y no me falte.

Pues ¿qué ventaja he sacado yo de la hipocresía de que vuecencia me acusa? Vivir con más apuros y con más miseria que antes, emplear tiempo en oír discursos de doña Inés y en leer con ella libros devotos y no haber logrado hasta ahora con todo ello sino la amistad de doña Inés, que yo apreciaría infinito si ella me la diese incondicionalmente y sin sujetarme a sus tiránicos caprichos.

Vuecencia será servido en ese mandato como en todos lo que se digne manifestarme; pero creo, salvo el mejor parecer de Vuecencia, que es de alguna necesidad poner en su conocimiento las dificultades que hay que vencer para dar ahora cumplimiento a los deseos naturalísimos de Vuecencia. No veo esa necesidad, Simón. ¿Dónde está ella?

Venid, venid acá á un lado, alcalde dijo el duque de Uceda. El alcalde se apartó con él todo cuidadoso. Es necesario dijo el duque que nadie sepa que me habéis encontrado por estos sitios. Descuide vuecencia, que nadie lo sabrá dijo todo humilde y reverencioso el alcalde. Y para que esto no se os vaya de la memoria, tomad. Y dió al alcalde una sortija.

De todo punto; que cierren bien las puertas exteriores y que las damas, las meninas y las dueñas se retiren también. ¿Y se va vuecencia á quedar sola? Que esperen dos de mis doncellas en la saleta de afuera. Muy bien, señora; Dios buenas noches á vuecencia. Gracias. El gentilhombre salió. Quevedo oyó cerrar las puertas.

¡Ah! ¡perdone vuecencia! ¿qué desea vuecencia? ¿Habéis avisado al rey de mi llegada? ; , señor: en el momento en que llegó vuecencia. ¿Dónde está el rey? En su recámara. ¿Con quién? Con el duque de Uceda. ¡Con mi hijo! , señor. Gracias, caballero, gracias. El gentilhombre salió.

No comprendo á vuecencia dijo. Me explicaré: ¿sabéis por qué la reina no parece? ¿Qué no parece su majestad? , por cierto; la reina se ha perdido esta noche, ó ha estado perdida. En una palabra: su majestad la reina, á cierta hora de la noche, no estaba en su cuarto. ¿Cómo, á qué hora? A principios de la noche.

La condesa entró en una cámara solitaria y llamó. Presentósela inmediatamente una venerable dueña. ¿Qué me manda vuecencia? dijo aquella ruina con tocas. Decid á doña Clara Soldevilla que venga. Doña Clara no está en el cuarto de las Meninas, señora dijo la dueña. ¿No está acaso de servicio? No, señora; está en su cuarto enferma.

Y por mi gusto cada día estrenarías trajes mejores y más lujosos. Juanita se aturdió un poco con esta no esperada salida del señor don Andrés. Casi receló que él tenía razón y que ella se había conducido irreflexiva y arrebatadamente. Al fin habló así: Yo no voy a sostener ahora que he procedido contra vuecencia con motivo bastante. Lo que digo es que estaba, y aún estoy, fuera de .

Palabra del Dia

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