Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de octubre de 2025
Hoy me pongo a reflexionar, echo a volar la imaginación y me finjo vagamente mil absurdos. Por esto también quiero que me devuelvas a Braulio cuanto antes. Vente tú con él a pasar una temporadita en esta corte. Verás lo que te diviertes en el teatro Real y en los Bufos y la Zarzuela. Nuestra casa en un chiribitil y no tenemos cuarto que ofrecerte; pero comerás con nosotras de diario. Adiós.
Antonio y su amigo se detuvieron; uniéronseles en seguida María-Manuela con la otra mujer: Soledad y Velázquez iban á hacer lo mismo, cuando éste dejó caer en los oídos de la joven, con voz angustiosa, estas palabras: ¡Pero, Soledad! ¿de veras me vas á dejar marchar solo?... ¡Por lo que tú más quieras... por la memoria de tu padre, que fué mi amigo, no me hagas esa ofensa... no tengas tan mala sangre!... ¡Anda, hija mía, vente conmigo!
Es esto un horror, una cosa atroz... Su Majestad se empeñó en que había de aposentarme en Palacio y no he podido negarme a ello... «Candidita, no puedo vivir lejos de ti... Candidita, vente conmigo... Candidita, dispón de todo lo que esté desocupado arriba...» Nada, nada, pues a Palacio.
Robledo, que le había escuchado sin dar muestras de impaciencia, dijo con voz grave: Yo tengo una solución mejor que la tuya, pues te permitirá vivir... Vente conmigo. Y lentamente, con una frialdad metódica, como si estuviera exponiendo un negocio ó un proyecto de ingeniería, le explicó su plan.
Veremos con lo que sale. ¡Qué célebre! Tomaremos café juntos dijo Santa Cruz . Vente pronto para acá. ¡Qué coloradita estás! Es de tanto reírme. Cuando digo que me estás haciendo tilín... Al momento vuelvo... Voy a ver lo que salta por allá. Aparisi está indignado con Castelar, y dice que lo que le pasa a Salmerón es porque no ha seguido sus consejos... ¡Los consejos de Aparisi!
Alguna gente que pasaba volvía la cabeza, para oír el diálogo en irritada voz y extranjero idioma. Estamos dando espectáculo dijo Miranda . Vente. Internáronse por callejuelas excusadas, y guardaron silencio elocuente por espacio de algunos minutos. ¿Para quién era esa carta? interrogó al cabo el marido en voz breve. Para Don Ignacio Artegui contestó Lucía en tono reposado y firme.
Ruy Diaz de Rojas, personage del tiempo de Enrique III, de quien cantó una gran proeza aquel conocido romance: Vente á mí, el perro moro, Que no á los niños muchachos. Este es un ejemplo entre mil que pudieran citarse.
Vente conmigo y vamos a dar una vuelta por las rondas del Sur». Fortunata no pensaba más que en complacerle, y accedió con algún recelo, pues siempre que paseaban juntos, aunque fuera por sitios apartados, temía encontrarse a Maximiliano o a doña Lupe a la vuelta de una esquina. Esta idea le hacía temblar. Pasearon un buen ratito, sin que tuvieran ningún encuentro desagradable.
Me es lo mismo. En ese caso, no corréis peligro alguno, salvo, quizás, algunos accidentes mercuriales. ¡Ah, no! Prefiero que Romagné trabaje en otra cosa. ¡Ven, Romagné! Deja lo que estás haciendo y vente con nosotros al instante. ¿Quieres acabar de una vez, pedazo de zopenco? ¿No sabes a lo que me expones?
Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas, mostrándose por las rejas. 10 Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh compañera mía, hermosa mía, y vente. 11 Porque he aquí ha pasado el invierno, se ha mudado, la lluvia se fue; 12 se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción es venido, y en nuestra tierra se ha oído la voz de la tórtola;
Palabra del Dia
Otros Mirando