United States or Puerto Rico ? Vote for the TOP Country of the Week !


Durante los últimos días en la casa de los moriscos, creyose curado para siempre; pero el descendimiento desde lo alto de la ventana y el mismo viaje en silla de manos hasta la ciudad habían reabierto la herida bajo las vendas.

Sin exageración, lo menos veinte vi sentados alrededor de la plataforma, calentándose las patas delanteras en un rayo de luna, la noche en que llegué al molino. Al abrir una ventana, ¡zas! todo el vivac sale de estampía a esconderse en la espesura, enseñando las blancas posaderas y rabo al aire. Supongo que volverán.

La Falcón acababa de caer desmayada, después de haber saltado Nourrit por la ventana; el cuarto acto de Los Hugonotes concluía en medio de ruidosos aplausos, y el notario prosiguió su relato en esta forma: Arturo permaneció seis meses en Burdeos haciendo pesquisas, preguntando a todo el mundo por la señora Bonnivet, de la que nadie supo darle noticia alguna.

Quizá era porque el rótulo, extendido a lo largo de todo el edificio, con letras dibujadas en cada ventana, hacía resaltar de mala manera a aquellos que miraban por ellas, o quizá porque la palabra templanza siempre ha despertado en la idea de bizcochos flojos y chocolate de poca consistencia. A la verdad, la casa no convidaba.

Antes de responder Flora pasea una mirada de infantil curiosidad por la estancia, cosa que al capitán le hace poca gracia. En vez de ocupar una de las grandes habitaciones del piso principal el señor Ramírez del Valle dormía, se lavaba y leía y hacía sus cuentas en un pequeño cuarto de la planta baja que tenía su entrada por el portal y una ventana enrejada á la calle.

Apagola de un soplo, buscó a tientas la ventana y la abrió de par en par. Una ráfaga viva de viento y agua le azotó el rostro y penetró rugiendo por la estancia, echando a volar los papeles de la mesa. D. Álvaro aspiró con delicia el aire frío y húmedo, asomose a la ventana y expuso su frente ardorosa a la inclemencia del chubasco.

Antes de empujar la puerta, que hacía mucho ruido, se le ocurrió ver lo que hacía Luisa en aquel momento. Acercose, pues, a la ventana y miró hacia dentro de la habitación: Luisa se hallaba de pie, junto a las cortinas de la alcoba; parecía muy animada, arreglando, doblando y desdoblando varios vestidos extendidos sobre la cama.

Suspensa el alma, la mirada anhelante y fija por descubrir lo que envolvía en sus sombras la oscura calle; aguzando el oído por coger una palabra, entre el murmullo de las voces de los que hablaban bajo sus miradores, que le fuese indicio de quiénes eran los que en aquella hora la rondaban, la hermosa indiana estúvose con su doncella Florela; y asomándose a la entreabierta vidriera de una ventana de su cámara, en la cual había matado la luz, toda era cuidado y toda congojas; que enamorada estaba, no embargante su viudez, lo que decía con harta elocuencia que, o no había amado al difunto marido, o que le había amado tanto, que, por la dulce costumbre, sin amor no podía pasarse.

Entonces dijo Nazaria con temblor y abatimiento , esa maldita cólera de Dios no me perdonará a , porque le tengo más miedo que a una centella, y si miro a la puerta me parece que entra en figura de gente, si miro a la ventana me parece que entra con el aire, con el sol y con el polvo de la calle.

¡Con que gusto miraba sus cabellos agitados por el viento, su andar ligero y su aire de regocijo, tantas veces espiados por mi, desde la ventana de la galería, mientras que la lluvia azotaba los vidrios y mugía y silbaba el viento entre las puertas desvencijadas de la vetusta casa!