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Actualizado: 20 de julio de 2025


Sentía la impresión de si hubieran cometido con ella una gran perfidia, y aunque su pensamiento le decía vagamente lo absurdo de tal sensación, no podía minorar su intensidad, ni menos desecharla. Odiaba al P. Gil, le odiaba con toda su alma. Daría algo por vengarse. ¿De qué? No se lo decía; pero allá en el fondo del alma estaba persuadida de que tenía razón para ello.

Mientras tanto la abandonada Fátima, deseosa también de vengarse de la infidelidad de su antiguo amante, excita á su hijo Celín, que ignora el secreto de su nacimiento, á dar muerte al capitán Meléndez.

Por más que cavilaba, no veía otro modo de vengarse, de castigar a su hija y de adquirir el derecho e imponerse el deber de defender a Juanita contra todos que el de ofrecerle su mano y casarse con ella. ¡Ay de aquel que se atreviese entonces a decir nada ofensivo contra Juanita, aunque ella estrenase cada día otro vestido de seda!

Doña Petronila se ve privada de todo auxilio; Don Nuño ocupa el trono, y todos lo reconocen por Rey. Llega entonces el momento suspirado de vengarse de Don Bermudo.

El obrero, el estudiante, el cachifo de media calle que tiene que vengarse del policiano, como el aspirante, del Presidente o de un Ministro, tienen en las paredes su prensa libre. A veces la ortografía padece, y en la forma de la letra se descubre la ruda mano de un hombre del pueblo. ¡Pero qué lujo de expresiones, qué cantidad de insultos!

Llegó al de las jóvenes, algunas de las cuales eran sus parientas. Entre ellas tenía gran partido, pero viendo que no les hacía caso por atender a sus recomendados, se habían conjurado contra él y querían vengarse. Apenas se les acercó, cuando todas quedaron de repente graves y silenciosas. ¿Si me habré convertido yo, sin saberlo, en cabeza de Medusa? dijo Arias.

Don Pedro se queda anonadado, y ardiendo en ira por vengarse de Don Jerónimo, creyendo sinceramente que ha faltado al secreto prometido. Cuando deja á su amada, oye un canto burlesco, que entona gente del pueblo, y cuenta con frases ofensivas el éxito infortunado de su desafío: ¡tan conocida ya de todos es su vergüenza!

Refugiado Plácido en la abadía, no olvidó la afrenta jamás, pero guardó oculto su recuerdo en el lastimado centro del alma. El horror que le causaba volver de nuevo contra el padre de Elvira, la humildad y la resignación y otros sentimientos religiosos inclinaron su espíritu y le excitaron a desistir de vengarse.

Después que se alejan el Rey y Roberto, expresa el Condestable, en frases apasionadas, los diversos sentimientos que lo agitan, y su confusión se hace mayor cuando se abre de repente ante sus ojos la entrada oculta en la pared, y se presenta una criada que trae una carta de Blanca para el Rey. Se apodera de ella y sabe, al leerla, que Blanca se ha casado sólo por vengarse.

Más adelante el supuesto padre, que sólo lo era legalmente, pidió a los abuelos una gruesa suma; no quisieron dársela, y él, por vengarse, hizo llegar a manos de la nieta un papel donde refería las infamias que había hecho con su mujer, la vida que le obligó a sobrellevar, y hasta la lista de los amantes que le impuso.

Palabra del Dia

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