Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de junio de 2025
Miguel al verlas dejó apresuradamente el paño y el plato que tenía en las manos, para que no le viesen ocupado en tarea tan poco varonil. Después de cambiar algunas palabras, Maximina, sin darse cuenta de lo que hacía, le alargó dos platos diciendo: Ya no nos quedan más que siete. Pero el joven, avergonzado y con muy mal humor, se los rechazó. Deje V... Deje V. eso.
¡Ay, niña, niña! ¡Qué pena me da lo que te oigo! ¡Quién lo hubiera podido imaginar siquiera! Pues hay más todavía añadió Pepita . Logré que D. Luis me amase. Me lo declaraba con los ojos. Sí; su amor era tan profundo, tan ardiente como el mío. Su virtud, su aspiración a los bienes eternos, su esfuerzo varonil trataban de vencer esta pasión insana. Yo he procurado impedirlo.
Ella comprendió que debía volver á lo que interesaba á su acompañante, y dijo con varonil franqueza: Yo sé lo que tienes. Te voy á hablar como un camarada, sin preocupaciones de sexo, lo mismo que te hablé aquella noche en mi estudio. Conozco la vida que llevas; sé igualmente lo de «los enemigos de la mujer»: una invención necia.
Parecía tener como treinta y seis años; pero quizás sus enfermedades, sus fatigas y sus penas eran causa de que en su semblante, franco y notable por su belleza varonil, se advirtiese un no sé qué de triste, que no alcanzaban a disipar ni la dulzura de su sonrisa, ni la tranquilidad de su acento, hecho para conmover y para convencer.
El mismo imperio que ejerce Pepita sobre un hombre tan descreído como mi padre, sobre una naturaleza tan varonil y poco sentimental, tiene en verdad mucho de raro. No explican tampoco las buenas obras de Pepita el respeto y afecto que infunde por lo general en estos rústicos.
Don Diego lloró con ella: las lágrimas se deslizaban por su rostro varonil como la lluvia sobre una estatua de bronce. Cometió todas las cobardías que el amor exige. Habló de la futura condesa con una frialdad rayana en el desprecio; prometió por su honor que ella no viviría largo tiempo y hasta ofreció a la señora Chermidy que le permitiría ver a Germana antes de la boda.
Fernando sintió al verla indecisión y timidez; pero ella, deteniéndose un momento, vino en su auxilio. Le saludó, preguntando con un retintín irónico cómo había pasado la noche. Sonreía protectoramente, dando a entender que perdonaba a Ojeda su travesura de niño grande. Todo estaba olvidado... Y le tendió una mano antes de alejarse, continuando su marcha de ritmo varonil.
Unas veces fijaba la vista en la fisonomía varonil y correcta del comandante, cuya barba recortada comenzaba a blanquear por algunos sitios; otras la entornaba hacia la calle, por donde cruzaban sin cesar transeúntes que cambiaban con nosotros rápidas miradas. Cerca de nosotros, en la otra vidriera, había unos jóvenes que hacían muecas expresivas a cuantas mujeres bonitas o feas pasaban.
Lucía admiraba en su tío la discreción, la nobleza de carácter, el saber y la elegancia natural del porte y de los modales. Le encontraba hermoso, de varonil hermosura, y no le parecía posible que hubiese otro tal hombre como él en todo el mundo.
Su fisonomía simpática y varonil iba contrayéndose por momentos con expresión de dolor, que, al fin, logró conmoverme y que me olvidase de mí mismo. Luego, con voz alterada, me dijo que me agradecía la noticia y que sentía no se la hubiese dado primero, lo cual dudé un poco. Pensar en que había de volver a hablarle más que como amigo y con la mayor ceremonia posible, era pensar lo excusado.
Palabra del Dia
Otros Mirando