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Actualizado: 24 de septiembre de 2025


Se cree que el rey lo puso allí para honrarle en muerte. Había una vez un hombre que cortaba piedras de una roca. Su trabajo era largo y penoso, y muy mezquino en su salario, por lo que suspiraba tristemente. Un día, cansado de su ruda tarea, exclamó: ¡Oh! ¿Por qué no seré yo bastante rico para pasar la 5 vida tumbado sobre un blando lecho, provisto de cortinas que me libren de los mosquitos?

Pistolete, sin dejar sosegar los palillos, ha decidido regresar... Oyesele bajar por el bosque, siempre tocando... Y yo, tumbado sobre la hierba, enfermo de nostalgia, al oír el ruido del tambor que se aleja, creo ver desfilar entre los pinos a todo mi París... ¡Ah, París!... ¡París!... ¡París siempre!

El maná imperceptible y cristalino alimentaba su cuerpo de campanario tumbado, haciendo circular bajo la piel grasosa ríos purpúreos de sangre caliente. La transparencia de los seres planctónicos evocaba en la memoria de Ferragut las coloraciones maravillosas de los habitantes del mar, ajustadas exactamente á las necesidades de su conservación.

Dejaba trascurrir el tiempo tumbado sobre el césped mirando pacer el ganado ó acariciando distraído la cabeza del mastín. Por fin llegó el otoño. El tío Goro retiró sus vacas. Nolo no pudo resistir más.

¿Llevamos este fusil? , quítale la cartuchera a ese que yo he tumbado, y vamos andando. Bautista entregó un fusil y una pistola a Martín. Vamos, ¡adentro! dijo Martín al demandadero.

De entonces acá cada alavés de aquéllos es un portero, y Vitoria es un cucurucho tumbado en medio del camino de Francia: todo el que viene entra; pero hacia la parte de acá está el fondo del cucurucho, y fuerza es romperle para pasar. Pero no ocupemos a nuestros lectores con inútiles digresiones.

Los burlones que habían gritado «¡tongomodificaban su opinión al verse lejos del lugar del combate. Una bala podía haber tumbado a cualquiera de los dos adversarios con la misma facilidad que casi había dejado cojo a Maltrana. Y ahora que sentían en el estómago una grata pesadumbre, les pareció el asunto muy digno de respeto.

Ya pasaron los tiempos en que los únicos caminos de la montaña eran rodadas tan estrechas que dos peatones que fueran en sentido contrario no podían dejarse paso y tenía que pasar uno por encima del otro, tumbado en el sendero.

En fin, señora, allí le tiene usted tumbado sobre la alfombra de picos, y tan quieto que parece que lo han vuelto de piedra». Distinguió, en efecto, Benina la inmóvil figura del ciego, en un vertedero de escorias, cascote y basuras, que hay entre la vía y el camino de las Cambroneras, en medio de una aridez absoluta, pues ni árbol ni mata, ni ninguna especie vegetal crecen allí.

Estaban los muebles en desorden y empolvados, las sábanas del lecho amarillentas y mal zurcidas, y sobre la colcha rameada, tumbado como un despojo, el Niño Jesús, calvo y tuerto, lleno de heridas y con la túnica desgarrada. La propia Carmencita completaba aquel cuadro de punzadora tristeza.

Palabra del Dia

passaro

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