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Actualizado: 4 de julio de 2025
No nos ocupemos de esas miserias. ¡Jacinta faltar! Estas pecadoras empedernidas creen que todas son como ellas... Ella fue la que lo dijo y lo creía... ¿Sabe una cosa?
Vamos á tratar aquí del ácido arsenioso, llamado tambien óxido blanco ó deutóxido de arsénico, y vulgarmente arsénico: las demás sales ó compuestos arsenicales son muy poco conocidos para que nos ocupemos de ellos, si bien algunos hechos nos hacen esperar que la terapéutica tendrá en ellos, por ejemplo el sulfuro de arsénico, un medicamento muy precioso. ¡Cuáles no serian ya la riqueza de la materia médica y el poder del arte de curar, si, desechando la ciencia vanas preocupaciones y cuestiones de amor propio, se dedicase á los estudios serios!
Hasta media una razon particular para que nos ocupemos de esta materia, y consiste en el interés que debe inspirarnos todo cuanto se refiere á un nuevo estado, á que dentro de poco hemos de pasar.
¡Estéril el período literario que atravesamos! ¿Vale la pena tan peregrina acusacion de que nos ocupemos de ella un momento más? Hace algunos años, ofrecía la Plaza de Santa Ana un aspecto muy distinto del que ahora presenta; y, sin duda porque el que estas líneas escribe la contemplaba entónces con los aduladores ojos de la adolescencia, infinitamente más bello.
Los chinos en Filipinas. Según los datos estadísticos que venimos consignando en estas páginas, resulta haber radicados en la provincia de Albay gran número de chinos, observación que hace nos detengamos y nos ocupemos de esta raza.
Bien se puede afirmar, comparados los síntomas de la brionia y del fósforo, que este obra mas sobre el parénquima del pulmon, y la primera sobre las partes membranosas; el fósforo corresponde, como veremos cuando nos ocupemos de él, en el tercer grado de la neumonía.
Dicho esto, el anciano se levantó, y tomando capa y sombrero, se dispuso a marcharse. De la puerta volvió hacia Fortunata, y alzando el bastón con ademán de mando, le dijo: «Repito lo de antes. Aquello se acabó... y ahora soy tu padre, tú mi hija... trátame de usted... ocupemos nuestros puestos... Aprendamos a vivir vida práctica... Por de pronto, serenidad, y concluye de peinarte, que es tarde.
De entonces acá cada alavés de aquéllos es un portero, y Vitoria es un cucurucho tumbado en medio del camino de Francia: todo el que viene entra; pero hacia la parte de acá está el fondo del cucurucho, y fuerza es romperle para pasar. Pero no ocupemos a nuestros lectores con inútiles digresiones.
Palabra del Dia
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