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Actualizado: 20 de mayo de 2025


Ya en esta clausura, muriéronse la una tras la otra sus dos ancianas tías, y quedose mi madre sola con sus criados, que pluguiera a Dios no los hubiera tenido, o por lo menos a una traidora Lisarda, que fue la causa con sus liviandades, de lo que nunca recuerdo sin que de la congoja de mi corazón den muestra las lágrimas que salen por mis ojos.

Los hombres de los buques eran los más furiosos, por lo mismo que arrostraban á todas horas la traidora asechanza submarina. «¡Ah, bandido!...» Muchos puños cayeron sobre él, haciéndole bambolear bajo sus golpes. Cuando el preso quedó resguardado por los pechos de varios suboficiales, Ferragut pudo verle de cerca, con una sien manchada de sangre y una expresión fría y altiva en los ojos.

Allí le dolieron materialmente, si bien con un dolor y con un sobresalto mixtos de traidora inquietud y de regalada dulzura. Don Luis apresuró el paso a fin de no llegar muy tarde, y pronto se encontró en la población. El lugar estaba animadísimo.

Volver quiero á tratar un poco agora Del falso Yamandú, nuestro cartero. Salió de San Gabriel con la traidora Y mala condicion de carnicero: Adonde el Zapicano est

Aquí vivo seguro del trato y del engaño hydras sangrientas de la fe traidora. Aquí vivo seguro del mayorazgo estraño, y heredero del Sol y de la Aurora. Aquí la verdad mora: allá, si bien se mira, se mezcla la mentira con la lisonja fiera. Siempre aquí es primavera y allá todo es estio... ¡Oh mil veces dichoso albergue mio!

Tiburcio quiso contradecir a Morsamor en este punto, suponiendo que le había amado también donna Olimpia, y hasta que doña Sol había estado a punto de amarle y tal vez le hubiera amado a insistir él con firmeza en sus pretensiones. Morsamor no aceptó la lisonja. Harto probaban que lo era el frío desdén con que le despidió doña Sol y la traidora fuga de la italiana.

Mi esperanza es traidora, y como me engaña siempre, ya no quiero esperar cosas buenas, y las espero malas para que vengan... siquiera regulares. Pues yo que la señora dijo Benina dándole al fuelle , tendría confianza en Dios, y estaría contenta... Ya ve que yo lo estoy... ¿no me ve?

En su corazón tenían entrada libre la impremeditada flaqueza que vence el ánimo más fuerte, la voluptuosidad que a veces flota en el ambiente y se desliza suavemente por los sentidos hasta lo más recóndito del alma, la ocasión traidora que llega cuando menos se piensa; en una palabra, todos los estimulantes del amor; en cambio, su pensamiento estaba cerrado al interés.

Seguido de algunos pocos soldados, con marcha presta Hernando de Magallanes, siguiendo angosta vereda, adelanta sin recelo, ni cuidar de que la senda se prolonga entre dos vallas de impenetrables malezas, cuando una lanza traidora salida de entre las breñas, rápida, pujante, aguda como acerada saeta, sin que su poder resista la coraza milanesa, de peto, espaldar y entrañas desmiente la fortaleza, y del pecho del caudillo lanza el alma gigantesca; veda el color al semblante la savia de sus arterias apareciendo en las armas el carmín que al rostro niega; cae el acero de sus manos, alza una mirada inmensa al cielo, ruge, desmaya, y, cual coloso de piedra, cuando a plomo se derrumba hace trepidar la tierra....

Volaban los tricornios a los balcones; cada cara bonita provocaba floreos interminables, en los que la hipérbole dilatábase hasta lo desconocido; y había muchacho que, impulsado por alguna copita traidora, despreciaba la vulgar invitación de las escaleras y se encaramaba por la fachada, agarrándose a las rejas, para entregar un ramo de flores a la niña y pedirle un duro a la mamá.

Palabra del Dia

condesciende

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