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En la madrugada del 30 de Junio de 187..., dejé los incómodos asientos de un desvencijado sipan, tomando el que dicen camino por más que no sea ni aun vereda, que dirige al modesto embarcadero que en la margen del Pasig, y al pié del magnífico puente colgante, tienen los vaporcitos que hacen la carrera entre Manila y la provincia de la Laguna.

Pues si quieren pasar por V..., adonde voy, tendrán compañía y menos polvo. Aceptaron la oferta. Tomaron la vereda que a aquel pueblo conducía, y Moreno y Sánchez, que no perdían la ocasión de enriquecer su cuaderno de notas con las observaciones antropológicas que podían recoger, le abrumaron instantáneamente a preguntas. El caminante les respondía de buen grado.

Sólo ella es capaz de tanta rabia dijo Alejandro contemplando con ira el arco y levantando el puño en señal de amenaza. Atravesamos la plaza y descendimos al Bajo por la calle de Rivadavia. Una inmensa turba, compuesta de gente de todas menas, llenaba la vereda y la calle, y se agolpaba contra la baranda de hierro de la muralla que da sobre el río. Todos miraban el horizonte.

11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. 14 No entres por la vereda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. 15 Desampárala, no pases por ella; apártate de ella, y pasa. 17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 21 No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón.

Cuando ocurrían los sucesos que vamos refiriendo, no había tantas carreteras como ahora. Desde Villabermeja á la ciudad puede hoy irse en coche. Entonces sólo se iba á pie ó á caballo. El camino no era camino, sino vereda, abierta por las pisadas de los transeuntes racionales é irracionales.

Todo es aquí pedruscos y tierra sin vegetación, teñida por el óxido de hierro.... Sin duda estoy en las minas... pero ni alma viviente, ni chimeneas humeantes, ni ruido, ni un tren que murmure a lo lejos, ni siquiera un perro que ladre.... ¿Qué haré?, hay por aquí una vereda que vuelve a subir. ¿Seguirela? ¿Desandaré lo andado?... ¡Retroceder! ¡Qué absurdo!

Porque fue muy bella y quisiera que ustedes la hubieran visto conmigo. ¿O tenía el cielo balcones y los seres que me son queridos estaban asomados a uno de ellos? A la mañana veníamos, aun los pocos de la expedición de Baracoa, los seis y los que se nos fueron uniendo, revueltos por el monte de espinas y con la mano al arma, esperando por cada vereda al enemigo.

Descendían por una vereda escalonada. Pronto llegaron a la concavidad formada por la explotación minera. Dejando la verde zona vegetal, habían entrado bruscamente en la zona geológica, zanja enorme, cuyas paredes, labradas por el barreno y el pico, mostraban una interesante estratificación, cuyas diversas capas ofrecían en el corte los más variados tonos y los materiales más diversos.

Había en la Ciudadela, en uno de los lienzos de la muralla, un rellano formado por tierra, al cual parecía tan imposible llegar subiendo como bajando. Sin embargo, Tellagorri dió con la vereda para escalar aquel rincón y, en este sitio recóndito y soleado, puso una verdadera plantación de tabaco, cuyas hojas secas vendía al tabernero Arcale.

Además de que, usted lo está viendo, es una criatura que no se puede meter por vereda; por más que se la inclina a la derecha, siempre ha de tirar a la izquierda. Capítulo XI Tres años había que Stein permanecía en aquel tranquilo rincón.