United States or Pakistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hemos estado escuchando por no faltar a la hospitalidad; ya mi paciencia se ha acabado y no toleraré que usted pronuncie otra sola palabra... Los demás clérigos se levantaron también, y pálidos y trémulos y clavando en nuestro sabio antropólogo miradas de indignación, gritaban agitando los puños: ¡Eso es!... ¡No debemos escucharle!... ¡A la calle!... ¡a la calle!

Las calles presentaban un aspecto siniestro, casi todas solitarias, los balcones de las casas herméticamente cerrados, en las esquinas algunos centinelas con el fusil terciado; los pocos transeúntes que veíamos cruzaban velozmente, con ánimo, sin duda, de guarecerse en su casa lo más pronto posible, y sólo se detenían trémulos ante el «¿quién vivedel soldado.

Indicó a Isidora la salida, dejando escapar de sus labios, trémulos de ira, esta palabreja: «¡Cursilona!...»

Tenía el rostro enrojecido, los ojos trémulos y chorreantes. De un rizo de su cabellera pendía una lágrima. Adivinó que debía estar horrible; pero ¿qué le importaba?... , le amo; es lo que más amo en el mundo... Por él sigo viviendo. Sin él me mataría... Pero no es lo que te imaginas... no lo es.

Todo su cuerpo se estremeció como el mástil de un barco al golpe del viento. Por un instante pudo creerse que el fiero león caía sobre el gato y lo deshacía entre sus garras; mas la chispa se apagó sin causar estrago. Quedóse otra vez pálido, bajó los ojos y de ellos brotó una lágrima ardiente y silenciosa. Lo único que sus labios trémulos murmuraron fué: «¡Señorde un modo casi imperceptible.

En el pueblo apenas los hay. Pues yo contestó Nucha era antes muy valiente; pero desde... que nació la pequeña, no qué me pasa; parece que me he vuelto medio tonta, que tengo miedo a todo.... Interrumpió la labor, y alzó la cara; sus grandes ojos estaban dilatados; sus labios, ligeramente trémulos. Es una enfermedad, es una manía; ya lo conozco, pero no lo puedo remediar, por más que hago.

Ven acá, hija mía dijo alargándole una mano, mientras que con la otra obligaba a Amaury a permanecer en su asiento; ven y siéntate aquí. Ahora dame tu mano; Amaury ya me ha dado la suya. Antoñita obedeció. El doctor miró con gran ternura a ambos, que mudos y trémulos aguardaban, y después besoles en la frente, diciendo: He podido contemplar dos corazones generosos, y me alegro de lo que pasa.

Yo la atraje a y la senté sobre mis rodillas sin que ella opusiese resistencia; inclinó la cabeza sobre el pecho, luego la alzó, me miró destellando de sus magníficos ojos negros un fuego casi divino, y me dijo con las manos puestas sobre mis hombros con la boca entreabierta, los labios trémulos, embriagándome con el perfume de su aliento. ¡Luis! ¡Luis! ¡ten compasión de !

Su risa numerosa, loca, inesperada, voló como un enjambre de mirlos, despertando los ecos a través de los árboles. El viento levantaba su faldellín de un modo inolvidable. Hablábanse cada vez más trémulos y ajenos a mismos. Un decir fútil aventaba los pensamientos. El, envolviéndola en su orgullosa mirada, soñaba en la dicha de poseer como dueño absoluto aquella deliciosa existencia.

Las estancias cadenciosas de sus trémulos poemas guardan bálsamos y mieles, no los fieros anatemas forjan lanzas aceradas en la urdimbre de su estrofa, 45 y en la gama de su verso melancólico y flexible hay, si hiere, un dulce ruego de perdón indefinible, y un espíritu doliente y amoroso si apostrofa.