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Actualizado: 27 de junio de 2025
Aquel tirón derribó a los tripulantes. Antonio, soltando el timón, se vio casi en las olas; pero sonó un crujido y la barca recobró su posición normal. Se había roto el aparejo, y en el mismo instante apareció el atún junto a la borda, casi a flor de agua, levantando enormes espumarajos con su cola poderosa. ¡Ah, ladrón! ¡Por fin se ponía a tiro!
¡Capitán! ¡capitán! repitió con acentuado desprecio. ¿Capitán de qué? ¿de este cajón con ruedas? ¡Mil rayos y bombas! ¡Capitán de río, sin rol, sextante, ni brújula, con cuatro rajas de leña en la bodega, una derrota de diez horas, un buque en miniatura y un tiquín por timón! ¡Vaya un capitán!
¡Dos hombres más al timón! ¡Vapor, vapor! Hice una rápida reflexión: «Si esto vuela, participaré de ese agradable fenómeno, sea estando sobre cubierta, sea al lado de la máquina.
Id a descansar, y no temáis. No perderé de vista esas dos luces. El piloto y el joven se tendieron en el fondo de la chalupa, bajo una lona, y el capitán se sentó a popa, junto a la caña del timón, mientras el chino se apoyaba en el palo de la vela. Las dos luces seguían brillando en el obscuro horizonte, siempre lejanas, por más que la chalupa adelantaba bastante.
Tristán el piloto no quería que entabláramos combate; pues aunque hubiéramos vencido al último, estando armados como estábamos y ellos no, hubiese sido a costa de mucha gente. Avanzamos Arraitz y yo; todo el mundo dormía, y el barco navegaba a la ventura. A pesar de esto, Nissen no había abandonado el timón. Nos extrañó tanto silencio.
El Sorsogon, que obedece las riendas de su timón con una precisión matemática, dobla el malecón del Sur plegando su bandera de saludos, con la que ha dado un cariñoso adiós al Marqués del Duero, una de las más hermosas naves de la Marina española.
33 Tus ojos mirarán las extrañas, y tu corazón hablará perversidades. 34 Y serás como el que duerme en medio del mar, y como el que se acuesta junto al timón. 1 No tengas envidia de los hombres malos, ni desees estar con ellos; 2 porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios. 3 Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará;
Cada redada nos traía una nueva sorpresa: después otra vez se echaban al mar los aparejos y la barca derivaba mantenida sólo por el timón y ligeramente inclinada del lado de las redes.
Cuando cruzando el Rio de la Plata Veo flamear de Rosas el color, De alerta el grito doy á mis marinos Empuñando la barra del timon. Y cuando al frente aparecen Grito á mis valientes ¡fuego! Por no tomar esas presas A las llamas las entrego. Que allí mi Libertad tan solo impera: Bajo sus fuegos rinden su bandera.
El mejor oficio del mundo. El tío Chispas, sin apartar la vista de la proa ni las manos del timón, agachándose para sondear la oscuridad por entre la vela y el montón de sacos, le escuchaba con sonrisa marrullera. Sí; no has escogido mal oficio. Pero tiene quiebras. Las verás... cuando tengas mis años... Pero tu sitio no es aquí: anda a proa y avisa si ves por delante alguna barca.
Palabra del Dia
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