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Actualizado: 30 de septiembre de 2025
El desesperado articulista estuvo á punto de gritar, de arrojar el objeto que hallara más á mano sobre la inocente pareja que cruzaba la calle. Púsose lívido al notar que se hablaban con una confianza parecida á la intimidad, y hasta le pareció escuchar algunas tiernas y conmovedoras frases.
Se ponen a cocer con todo esto, y cuando están tiernas, pero que no se deshagan, se sacan, y una vez frías se colocan en la vasija donde hayan de conservarse sin nada de caldo, y se pone por cada doce perdices una pinta de vinagre bueno de vino y todo el aceite que necesiten hasta estar bien cubiertas. Codornices, malvices y conejos se escabechan igual que las perdices.
Todo lo grande despierta en el alma cuantos sublimes ensueños se elaboran en los misterios de la admiración. El espectador se encarna con el cuadro que presencia, se paralizan sus sentidos y el éxtasis alienta las más tiernas creaciones. Un poeta ante la cascada del Botocan, resucita todos los colosos del sentimiento, y al murmurio de las ondas, recuerda sus inmortales producciones.
Derrumbáronse á puntapiés las bóvedas de cañas por las cuales trepaban las verdes hebras de las judías tiernas y los guisantes; cayeron las habas partidas por la furiosa hoz, y las filas de lechugas y coles saltaron á distancia á impulsos del agudo acero, como cabezas cortadas, esparciendo en torno su cabellera de hojas.... ¡Nadie se aprovecharía de su trabajo!
No tardó en retirarse Antoñita, cuya desaparición no advirtieron ni Amaury ni Magdalena, y aun podría asegurarse que ambos la creían presente cuando al dar las once se les acercó la señora Braun, para recordar a Magdalena que su padre no permitía que se acostase más tarde. Hubieron, pues, de separarse por fuerza, no sin hacerse las más tiernas promesas para el día siguiente.
Sus besos enjugaban mis lágrimas y sus abrazos se estrechaban á medida que sus palabras se hacían mas tiernas.
Doña Juana anda siempre hecha un lince vigilando a Isabelita, a quien nunca he podido hablar y a quien no me he atrevido a escribir, porque no recibiría mis cartas. Desde Carratraca presumí, no obstante, que la muchacha me quería, porque involuntaria y candorosamente me devolvía con gratitud y con amor las tiernas y furtivas miradas que yo solía dirigirle.
Limpiad los ojos humidos del llanto, Mugeres tiernas, y tené entendido Que vuestra angustia la sentimos tanto, Que responde al amor nuestro subido, Ora crezca el dolor, ora el quebranto, Sea por nuestro bien diminuido, Jamas en vida ó muerte os dejaremos, Antes en muerte y vida os serviremos.
Y en cuanto descansan se propone jugar «al milano que le dan cebollita con el pan.» ¡Qué risa! ¡qué algazara! ¡cómo resuena el dormido bosque con las voces argentinas de aquellas bellas y tiernas criaturas! Cansadas de este juego se diseminan por un momento.
Acometióle un deseo penetrante de cambiar con Raimundo, a solas, algunas tiernas palabras de cariño, algunas caricias fugitivas. Y buscóle con los ojos entre la muchedumbre. Raimundo había vagado toda la noche por los salones casi siempre solo. Había esperado el baile con deseo pueril, prometiéndose vivos e ignorados placeres.
Palabra del Dia
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