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Actualizado: 30 de junio de 2025
Yo ¡ay de mí! al pensar que me hallaba, en este día solemne, en medio del silencio de aquellos bosques majestuosos, aun en presencia del magnífico espectáculo que se presentaba a mi vista absorbiendo mis sentidos, embargados poco ha por la admiración que causa la sublimidad de la naturaleza, no pude menos que interrumpir mi dolorosa meditación, y encerrándome en un religioso recogimiento, evoqué todas las dulces y tiernas memorias de mis años juveniles.
La suerte suya era que aquello se pasaba, como pasaría una jaqueca; pero la alucinación recobraba su imperio durante el sueño, y allí eran los disparates y el teje maneje de unas aventuras generalmente muy tiernas, muy por lo fino, con abnegaciones, sacrificios, heroísmos y otros fenómenos sublimes del alma.
Y la mujerona, que tenía cierto afecto á los tres hijos de Batiste porque pagaban todos los sábados, agarró de una mano al «señor de Borrull», el cual salió de la escuela balanceándose sobre las tiernas piernecitas, llorando todavía del susto y enseñando algo más que el faldón por la abertura trasera de los calzones.
Porque, ¿no podía ahora arriesgarse cuantas veces se le presentara la ocasión de decirle las cosas más tiernas a Nancy Lammeter, prometerle, así como él mismo, que sería siempre lo que ella quisiera? No había algún peligro de que su finada esposa fuera reconocida.
La voz dulce de tu madre, hablándote en espíritu, te confortará, te ligará con lazos de piedad y amor a esta santa casa. Es el canto de los niños jugando al corro. Entre esas voces tiernas suena la de mi madre llamándome a su sepulcro. PANTOJA. Estás alucinada. Es el coro de ángeles divinos.
Al día siguiente, la vizcondesa salió para Suiza. Hasta el viernes, víspera de su partida, titubeó el marqués acerca de si volvería o no a Bellevue, pero al fin decidióse a hacerlo, visto que no acertaba con el tono a que debía ajustar su carta de adiós a Beatriz; escribió a ella varias, mas encontrólas todas secas por demás o en demasía tiernas, y acabó por quemarlas.
La enferma había tenido delirio de escribir cartas; pero apenas comenzadas, las dejaba. En algunas sólo se veían deformes garabatos, hechos al rasguear de la pluma temblorosa; en otras las letras claras manifestaban ideas sueltas, palabras tiernas agrupadas sin sentido alguno.
Quiero los cantares que miman al alma, las tiernas endechas que saben a miel, los trinos del ave de la noche en calma y el aroma suave que esparce el vergel. Quiero las caricias de la fresca aurora sentir en la frente al amanecer, y en los labios rojos de la diosa Flora libar tiernos besos que embriaguen mi ser.
Porque es menester no confundir el amor con su apariencia. Al saltar de la niñez a la pubertad, le ocurre a la mujer lo que a la mariposa al salir de su estado de crisálida. Sus primeros vuelos son inciertos, aturdidos, inseguros. Las alas son tiernas, débiles, y no han adquirido aún el sentido de orientación.
Menos que en parte alguna se marcan en él las metamorfosis que el paso del tiempo produce. Vemos siempre en el bosque los mismos árboles, las mismas floraciones, los mismos cantos de las tiernas avecillas y esto nos da la ilusión de un alto de ensueño, de una suspensión en el vuelo rápido de los días.
Palabra del Dia
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