Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de julio de 2025
La suerte le era contraria en el juego; necesitaba nuevas «herramientas de trabajo». Aquel capital que la irritaba con su terquedad, no queriendo subir más allá de los treinta mil, había oído finalmente sus quejas, pero fué para desplomarse con una rapidez fulminante, dejando sólo leves escombros de su existencia. Después de recibir esta ayuda, la duquesa se había mostrado quejosa.
En vista de esa terquedad dijo la marquesa esforzándose en no llevar la cuestión a un terreno dramático y en huir de las declamaciones me arrepiento de haber hecho a usted la justicia de creerla sincera y sin malicia. Una vez para siempre digo a usted que de los dos niños de mi infeliz hija, la hembra murió, el varoncito vive y está a mi lado.
Yo me hubiera valido de mi conocida destreza, y hubiera aplicado mis medicamentos infalibles para que desistiese de su extraña terquedad, a no sospecharme que nuestro Ben-Farding no pudiera resistir mi método curativo, o, por mejor decir, mis medios de transporte... ¿Conque no quiere venir? gritó como un león el Sultán...
Currita recibió la noticia con frialdad aterradora y negóse rotundamente a hacer uso de la receta, con cierta especie de rencorosa terquedad, impropia del caso; también ella había recibido aquel día carta cariñosa de Jacobo, fechada asimismo en Milán, hablándole vagamente de grandes peligros y grandes negocios, y prometiéndole, con la fatua seguridad de quien presume ser esperado con ansia, el gozo imponderable de su próximo regreso y la explicación satisfactoria de su repentina marcha.
Ahí tienes el resultado de tu terquedad». Después de expresar su opinión autoritaria de esta manera, doña Lupe, viendo a su sobrino más tranquilo y como vencido del sopor, empezó a dar instrucciones a Fortunata sobre el gobierno de la casa. No aconsejaba, sino que disponía.
Recibióle la muchacha llorando, arrepentida sin duda de su calaverada, pues vistas ya las patas de la sota, no la quedaba ilusión que la sirviera de disculpa; y mientras el galán hacía protestas de que él no era el responsable de aquel desaguisado, sino el propio señor Vargas por su maldita terquedad, estando dispuesto a reparar lo hecho del mejor modo posible, Pablo miraba la pieza, que le pareció muy pobre y hasta desaseada, y a Pilar, sentada delante de la máquina, absorta en su tarea de desenredar el hilo de un carrete, la que encontró muy bonita y muy de su gusto.
La cual estaba en el fondo, frontera a la que al jardín salía, y Lucía alzó el tupido cortinón y puso la trémula mano en el pestillo, saliendo a un corredor casi del todo tenebroso. Quedose sin respirar, y lo que es peor, sin saber adónde se encaminase, y entonces maldijo mil veces de su terquedad en no haber querido visitar antes la casa.
Acordaron, pues, no aguardar más, y durante el cordial almuerzo, que quieras que no, la conversación versó sobre si en España es todo malo, o si en Francia e Inglaterra es de buena ley todo lo que admiramos. Moreno-Isla no cedía una pulgada de terreno antipatriótico en que su terquedad se encerraba.
De otro modo, y sin beneficio alguno, ríos de sangre pregonarán á diario que esta terquedad impolítica dá funestos resultados y esteriliza los esfuerzos de aquel sufrido Ejército, que casi olvidado, combate cual pudiera hacerlo en Africa, contra fiero enemigo que no dá cuartel al herido ni al prisionero, y teniendo además que vencer los obstáculos insuperables que presentan las intrincadas selvas, bosques impenetrables y el clima insalubre de aquellas comarcas.
Acaso un poco separados, lo que da, bajo una frente tersa, aire de mucha nobleza o de gran terquedad. Pero sus ojos, así, llenaban aquel semblante en flor con la luz de su belleza. Y al sentirlos Nébel detenidos un momento en los suyos, quedó deslumbrado. ¡Qué encanto! murmuró, quedando inmóvil con una rodilla sobre al almohadón del surrey.
Palabra del Dia
Otros Mirando