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Actualizado: 3 de junio de 2025
Allí estaba él para servirle; podía decir cuál era su intención. El personaje volvió a hablar con no menos anfibologías y rodeos, como si temiese descubrir de golpe su pensamiento. El vivía muy ocupado. Era el hombre que en todo Madrid disponía de menos tiempo para dar satisfacción a sus particulares aficiones.
Diciendo esto, salió precipitadamente de la casa, como si temiese volverse atrás de su determinación; y fue a aparejar su burra. Don Federico preguntó la tía María, cuando quedaron solos con la niña, que permanecía aletargada , ¿no es verdad que la pondrá usted buena con la ayuda de Dios? Así lo espero contestó Stein , ¡no puedo expresar a usted cuánto me interesa ese pobre padre!
Currita volvió bruscamente la espalda, como si temiese ver aparecer allí, pálida y airada, la sombra de la vieja dama.
Pero por ahora no la veo.... Dí tú, Remigio, ¿no puede trasladarse aquí? ¿Se ha quedado en la cama? Ahí está el caso, señor , dijo el criado dando vueltas a la gorra y bajando los ojos como si temiese dar una noticia muy grave . La cuestión es que una de las yeguas, la Primitiva, está enfosada. Calderón se puso pálido. ¿Pero no puede venir?
Estaba leyendo un pequeño libro, y pasado el primer momento de expansión se apresuró á ocultarlo en uno de sus bolsillos, como si temiese que Aresti leyera la cubierta del volumen. Doña Cristina siguió al médico, quedando de pie cerca de los dos hombres, con ceño imponente, vigilando sus expansiones fraternales. Aresti se hacía explicar todos los síntomas de la enfermedad.
Inclinada sobre él, Lea le vió contraído, terrible, inerte. No había corrido ni una gota de sangre. La aguja tapaba herméticamente la herida y su punta había llegado al corazón. Con pasos cauteolosos, como si temiese despertar de su espantoso sueño al que temía más muerto que vivo, se echó un abrigo por la espalda y huyó á la calle. Sin saber lo que hacía, tomó la dirección de su teatro.
Harto sé que mi situación, mi vida, lo que pudiéramos llamar mi historia, me quitan por completo derecho a ciertas exigencias... pero, por naturaleza, por instinto, por temperamento, soy cariñosa, humilde; me gusta más ceder que mandar, y sobre todo, quisiera envolver, velar, la crudeza, la grosería del amor material, rodeándolo de algo delicado, limpio; hasta poético diría, si no temiese que se burlara usted de mi.
¡Fill meu!... ¡Pobret meu!... ¡Hijo mío!... ¡Pobrecito mío!... Y lloró con toda su alma, inclinándose sobre el muertecito, rozando apenas con sus labios la frente pálida y fría, como si temiese despertarle. Al oir sus sollozos, Batiste y su mujer levantaron la cabeza como asombrados. Ya sabían que era una buena mujer; el marido era el malo. Y la gratitud paternal brillaba en sus miradas.
No es esto decir que yo desease o temiese un conflicto con él. En interés del Rey convenía seguir guardando el secreto, y mientras éste no se descubriese tenía yo las mejores cartas en mi juego. Toda dilación había de redundar forzosamente en perjuicio del Duque.
Vaciló Ulises, mirando hacia la puerta como si temiese ser escuchado. Luego avanzó el busto hacia Tòni. Se trataba de un viaje sin peligro alguno, pero que debía quedar en el misterio. Yo te lo cuento á ti porque tú sabes todas mis cosas, porque te considero como de mi familia. El piloto no parecía emocionarse con esta muestra de confianza.
Palabra del Dia
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