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Actualizado: 20 de junio de 2025


Ana salió en seguida. ¡Gracias a Dios! dijo su marido, respirando con fuerza . Creí que no se marchaba hoy esa muchacha. Ni siquiera recordaba que otras veces quien se marchaba era él. Ahora podremos hablar. Usted dirá respondió tranquilamente Álvaro, chupando su habano y tapándose la cara con el humo, según su costumbre de enturbiar el aire cuando le convenía.

¿Cómo? preguntó anhelante Lita, tapándose después la cara con la sábana, llena de vergüenza por su osadía de interrogar a una hada... El hada le contestó que ser buena es ser hacendosa y caritativa con los niños pobres. Los niños pobres se mueren de frío en las noches de invierno.

Con el humazo, la borracha gruñía más, y carraspeaba, y tosía, como queriendo dar acuerdo de . El ciego no le hacía más caso que a un perro, atento sólo a sus rezos en lengua que no sabemos si era arábiga o hebrea, tapándose un ojo con cada mano, y bajándolas después sobre la boca para besárselas.

Pues es preciso que se nos someta usted a la siguiente prueba dijo el cura, tapándose un bostezo, porque eran ya las cuatro y no habría tenido inconveniente en tomar una friolera . Hay en Madrid una institución religiosa de las más útiles, la cual tiene por objeto recoger a las muchachas extraviadas y convertirlas a la verdad por medio de la oración, del trabajo y del recogimiento.

Púseme colorado; nunca Dios lo permitiera, pues al instante se puso uno que estaba a mi lado las manos en las narices y apartándose, dijo: -Por resucitar está este Lázaro, según olisca. Y con esto todos se apartaron tapándose las narices. Yo, que me pensé escapar, puse las manos también y dije: -V. Mds. tienen razón, que huele muy mal.

Godofredo, tapándose la cara con las manos, lloraba amargamente. La compasión se apoderó entonces de unos y de otros. ¿A qué conducía aquella discusión? El que tuviese la desgracia de no creer, que se lo callase. De todos modos, herir sin necesidad las almas timoratas, como la de aquel pobre muchacho, era poco caritativo y además una falta de consideración.

¡Qué horror! exclamó la poetisa tapándose la cara con las manos. ¡Se va á tiznar! ¡Si al menos tuviera donde lavarse antes de presentarse á ella!... No importa que se tizne continuó el novelista. Yo pintaría á la dama muy hermosa, , pero con una contracción en el rostro que denotara sus feroces instintos.

Callaba Benina, tapándose la boca con la sábana, y esta humildad y moderación encendieron más el rencorcillo de la viuda de Zapata, que prosiguió molestando a su compañera: «Nadie reconoce como yo tus buenas cualidades, porque las tienes; pero hay que ponerte siempre a distancia, no dejarte salir de tu baja condición, para que no te desmandes, para que no te subas a las barbas de los superiores.

Un individuo de Orden Público la miró con aire suspicaz; pero ella no hizo caso y continuó allí largo rato, viendo pasar tranvías y coches en derredor suyo como si estuviera en el eje de un Tío Vivo. El frío y la impresión de humedad la obligaron a ausentarse y se alejó envolviéndose bien en su mantón y tapándose la boca.

Pues el efecto producido en las tres damas por la respuesta de Clara fué enteramente igual al que producen los apostrofes de un predicador endemoniado en el tímido y dueñuesco auditorio de un novenario. ¡Qué horror! exclamó Paz juntando las manos. ¡Jesús! ¡Jesús! dijo Salomé tapándose los oídos. Et ne nos inducas profirió la devota alzando los ojos al cielo. Hubo un momento de confusión.

Palabra del Dia

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