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Actualizado: 23 de junio de 2025


Y bien profunda que es replicó Jacobo : «Subía la montaña de Tam-Sam, y el reino de me pareció pequeño; seguí subiendo al monte de Tai-Sam, más elevado aún, y el imperio me pareció pequeño». Así me ha sucedido a : mientras más alto me han elevado los eventos de mi vida, más despreciables me han parecido mis triunfos.

Lo que no podía sufrir con paciencia era que el Conde se complaciese y aun se gloriase de ir subiendo por mayores asperezas, y de estar luchando con dificultades más rudas que las que ella le había excitado en balde a subir y a vencer. A pesar de su empeño en fingirse todo lo contrario, Elisa insistió entonces en formar gran idea del mérito de doña Beatriz.

Pasan incesantemente los automóviles ligeros del ejército americano. Son innumerables; se les encuentra en las calles, en los caminos de la costa, subiendo como hormigas roncadoras las faldas de los Alpes. Una vida robusta, alegre, confiada, una vida de veinte años parece reanimarlo todo. El concierto en la terraza lo da una banda de música americana.

Gabriel veía en ella la dulce oración petrificada subiendo recta al cielo, sin sostenes ni apoyos. La piedra blanda servía para las labores arquitectónicas; otra piedra más blanda aún formaba las bóvedas.

Tampoco respondió don Alejandro, volviendo a dudar y a rascarse . Dentro de unos días, si se me ocurre y viene a pelo; porque te advierto, para tu tranquilidad, que no es asunto de vida o muerte para ti ni para ... Hablar por hablar, como el otro que dijo, y cosas de señor mayor... porque ya voy subiendo los cincuenta y cinco arriba, hija del alma, y hay que tenerlo todo presente a estas alturas, y mirar a muchos lados, por si a lo mejor se le van a uno los pies... y sanseacabó el viaje de repente, ¡canástoles!

Pero un sastre objetó con mucha razon que, pues que las monjas le vieron á Capitan Tiago subiendo al cielo de frac, de frac tenían que vestirle aquí en la tierra y no había necesidad de preservativos ni impermeables; se va de frac cuando se va á un baile, á una fiesta, y no otra cosa le debe esperar en las alturas... y ¡miren! casualmente tiene él uno hecho, que lo puede ceder por treinta y dos pesos, cuatro más barato que el hábito del franciscano, porque con Capitan Tiago no quiere él ganar nada: ¡fué su parroquiano en vida y ahora será su patron en el cielo!

Claro que no, Julio. Y Laura, excitada, embellecía extraordinariamente. Sus ojos arrojaban un brillo cada vez más febril. ¡Laura! llamó Zoraida desde arriba. ¿Qué quieres, Zoraida? preguntó ella con tono de júbilo. ¿Con quién estás? Con Julio. Ya iremos. Luego, subiendo la escalera, su rostro recobró la calma, y dijo a Julio en voz baja: Ya ve usted que no hay motivos para sufrir, ni usted ni yo.

Dentro de esta nube bajó uno vestido de ángel cantando maravillosamente, y subiendo y bajando diversas veces, dejábase caer por todas partes muchas letrillas y coplas escritas, unas en papel colorado, otras en amarillo, y otras en papel azul, con tintas diferentes, todas al propósito de la solemnidad y fiesta que allí se hacía.

En su inmensidad descubro, de mi amor el viejo espejo. ¡Cuántas olas luchan fuera! ¡Cuántas perlas duermen dentro! .............................. Subiendo una alta montaña vi a la Fama encantadora. Para ser grande le dije ¿qué debo hacer, bella diosa? No sigas ningún ejemplo, si quieres hallar la gloria: Platón o Alejandro, que hallaron sendas ignotas.

En la mañana del 19 de Abril de 1643 se encontraban reunidos don Diego y don Juan Antonio, en un aposento del domicilio del primero, cuando aquí que surge una disputa entre ambos, y subiendo de tono la cosa, encolerizóse hasta tal punto el señor Contador, que, cogiendo un puñal, arremetió contra su amigo y de un solo golpe lo dejó cadáver.

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